—Chicos ¿podrían guardar silencio?– les pregunto amablemente mientras salgo de la habitación, si, estoy cansado, había regresado con Gigi solo un par de horas a tras dos como máximo, y vale si yo tengo resaca, pero dudo que sea tan fuerte como la ha de tener Gigi, quien tomo más que yo y prácticamente arrastre fuera del pub, se había estado oponiendo a que lo hiciera.
—¿No soportas la cabeza?– me pregunta Junior mientras yo asiento, mala idea. —Que bueno, eso te pasa por no invitarnos.
—Vamos a desayunar fuera chicos, hay que dejarles la casa sola a estos tortolitos– sugiere Mark —Le haré saber a Krystal que Molly paso la noche contigo, así si la necesitan vendrá por ella– me dice antes de salir, finalmente hay algo de paz en este departamento, podría dormir unos minutos más y después pararme a cocinar, camino a la cocina y tomo dos vasos, ambos los lleno con agua y regreso a la habitación, dejo uno en la mesa de noche, ese es para Gigi, probablemente Youngjae dejo unas pastillas de ibuprofeno fuera porque están ahí, tomo una y regreso a la cama, abrazando a Gigi.
***
—¡AAAAH!– escucho gritar a Gigi, haciendo que deje lo que estaba cocinando y corra a la habitación, ella esta en el suelo tirada sobándose su tobillo derecho, luce fresca, a diferencia de la mañana que estaba cansada, trae una de mis playeras que le quedan como vestido y ropa que ha dejado varias veces cuando se queda a dormir aquí, me inclino junto a ella y la cargo en mis brazos llevando hasta la cama.
—¿Qué ocurre?– pregunto al ver como ella se estira para sobar su tobillo.
—No lo se, llevaba días con dolor en el tobillo, me caí en una practica de baile, no era nada o eso pense, pero esta mañana al caminar no podía siquiera sostenerme, creí que era por el alcohol, pero no, me duele mucho ese tobillo– me explica con lagrimas en su rostro, es probable que sea un dolor muy fuerte ya que ella no llora seguido o por cosas pequeñas, la pego a mi pecho, mientras acaricio su espalda.
—Tranquila pequeña, llamare a un doctor– pero eso parece exaltarla.
—No te atrevas, solo préstame una crema ya se me pasara– olvidaba que ella tiene un terror a los doctores, ella decía que cada vez que visitaba un hospital algo malo le sucedía y terminaba hospitalizada, cosa que ha sucedido en tres veces que he estado con ella. —Si me sigue molestando prometo que yo misma iré de manera voluntaria al hospital, solo que ahora no puedo, tengo muchas cosas que hacer, no tengo tiempo de enfermarme. – busco una crema para luego untarla en su tobillo y sobarla un poco, eso parece haberla relajado un poco.
—Bien en ese caso te llevare a la cocina a desayunar– ella pasa sus brazos por mi cuello, abrazándome y yo termino cargándola, espero solo que no se haya quemado la comida o tendré que iniciar de nuevo y era la comida favorita de Gigi, esos ingredientes eran difíciles de conseguir en Seoul.