Roto y Solitario {Peterick}

Parte 4 - Tierras de viento

Sylas sabe que Patrick está emocionado, puede verlo en sus ojos como a veces son visibles las estrellas en el cielo a través de las ramas. No importa cuánto Patrick intente esconder su mirada bajo sus pestañas o agachando la mirada, Sylas puede verlo y también sabe muy bien qué es lo que pasa.

Como su extensa inmortalidad así le ha enseñado, la vida humana es demasiado corta y ellos demasiado curiosos. Por eso los humanos sueñan, para no desperdiciar ni un segundo de su corta existencia.

"Le he de cuidar bien, Sylas." Promete Peter arreglándose la gabardina y el sombrero. Patrick está cargando en sus manos una pequeña maleta de piel de venado que alguien alguna vez le regaló a su antiguo amo. Antiguo, porque Peter ha pagado por él y Sylas ha aceptado la oferta.

Pero por supuesto que Patrick siente algo extraño apretándole el pecho, como una cuerda o una delgada serpiente intentando sacarle el aire. Mira a Sylas, y el hombre le dedica una ligera sonrisa que él sabe está cargando de esperanzas y buenos deseos. Y es entendible, pues el comerciante de las pesadillas le ha criado desde que era una cría, y para Patrick, Sylas es lo más parecido a un amigo, a una familia.

"Espero que lo hagas." Responde el hombre; entonces camina hacia Patrick y el humano endereza su cuerpo y se obliga a mirarle. Sylas puede ver el agua acumulada dentro de esos ojos azules. "Recuerda, Patrick, escuchar a tu corazón. Él tiene muchas cosas que decirte, nunca lo olvides."

La despedida se concentra en un apretón de manos entre ambas criaturas inmortales antes de que Pete le dedique una mirada a Patrick, alentándole a caminar a través del bosque. El humano regresa la vista una última vez, memorizando quizá la imagen de lo que alguna vez fue su hogar; aunque duda que su hogar sea el sitio donde creció. Más bien, él cree que su hogar son sus memorias, sus buenos momentos y la compañía que Sylas Black le brindó desde que puede recordar.

El viaje que emprenden es prometedor, Pete le repite en el camino; Hay muchos lugares a los que deben ir pero muchos más sitios a los que desea llevarlo. Peter sabe que Patrick no conoce más allá del centro del bosque, y él realmente desearía escuchar su vos.

Después de una hora y media de camino, Patrick está cansado y sus manos están lastimadas a pesar de que su única maleta no pese demasiado porque en realidad no tenía muchas cosas las cuales llevar. Pete se detiene y le mira, inspeccionándolo unos momentos. Al final termina chasqueando la lengua y quitándole la maleta. "Será un largo viaje y realmente yo no poseo un medio de transporte que nos pueda llevar más rápido o más cómodo; Pero creo que puedo conseguir algo para los dos, en especial para ti, para que puedas descansar."

Patrick se mira las manos y asiente porque se siente con la necesidad de hacerlo. No sabe mucho sobre medios de transporte, no más de lo que los libros en casa le han enseñado; Pero sus pies le duelen y sus pulmones se sienten irritados por el esfuerzo. Realmente desearía poder descansar.

Así es pues cómo al caer la tarde, al alcanzar a pie la salida del bosque y el comienzo de los pastizales, Peter compra en una granja una vieja carreta y un caballo para que la jale. La oscuridad va ganando terreno en el cielo y en la tierra, aunque aún hay rastros del sol escondiéndose tras las montañas en el horizonte.

Patrick creció apartado de la mayoría de los miedos a los que se enfrentan las personas fuera del bosque. Generalmente el resto de los niños nacidos en las granjas en las que nació Patrick terminan siendo vendidos a temprana edad, algunos comprados para ser explotados en diversas tareas, otros para proporcionar sangre a sus amos en cualquier momento, y algunos otros, los que tienen más suerte, son comprados para que su sangre sea bebida en un momento y al siguiente se encuentren sumergidos en las tranquilas aguas de libertad que ofrece la muerte.