Capítulo 10: "Quiero mi libertad"

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Se quedó dormida y al día siguiente se despertó pasando medio día, salió a desayunar y enfrento a sus padres.

—Nos alegra tanto tenerte de vuelta querida. — dijo su madre.

—Si he vuelto es porque quiero terminar este compromiso finalmente, no me casaré con Dominic Virtanen ni con otro hombre que yo no elija ¿está claro padres? — dijo con decisión y coraje, lo cual reflejaba madurez en ella.

—De acuerdo hija, no quisimos molestarte, solo queremos que seas feliz. — dijo su padre.

—¿Y no se han puesto a pensar que probablemente soy feliz tal y como estoy? Soy dueña de mi tiempo, mi compañía, mi cuerpo, no necesito de nadie. —preguntó la pelinegra argumentando su opinión con énfasis y firmeza en cada una de sus palabras.

—Lo sentimos hija, te dejaremos vivir tu vida. —pronunció su padre.

—Gracias. — dijo sonriendo con triunfo.

Al otro día fue a su agencia de belleza, en donde ella iba una vez a la semana para revisar las novedades para las temporadas de su línea "Pure Beauty".

—Hola señorita Collins, soy Janneth. — dijo una joven de aproximadamente su edad de tez blanca y cabello castaño, sintió que la había visto antes. —Es un honor poder trabajar en esta compañía con usted como modelo. — dijo emocionada.

—Me alegro que este entusiasmada. — dijo con educación Natasha, ella se quedo pensando en donde había visto su rostro antes, le parecía conocido por alguna extraña razón.

—Sí, lo estoy o ahí viene mi novio, perdone es que viene a apoyarme en mi primer día de trabajo. — asintió la castaña mirándola con emoción.

Natasha giró su rostro y sus ojos se abrieron un poco de la impresión al ver de quien se trataba, la castaña había corrido hacia un joven de cabello negro y lo había besado en los labios, el al ver a Natasha sus ojos también se abrieron de la sorpresa.

—Amor, quiero presentarte a la increíble Natasha Collins, no solo es mi nueva jefa sino mi ejemplo a seguir. —caminó tomando la mano de aquella estrella de Rock, mientras le presentaba a su ídola y ahora jefa, la señorita Natasha Collins.

—Creo que ya tenemos el placer de conocernos. — dijo el sonriendo levemente mirando a Natasha

—¿Enserio? — dijo Janneth.

—¿Enserio? Lo siento no lo recuerdo. —fingió indiferencia Natasha.

—Oh, es cierto, tu amnesia. — dijo él con un tono serio pero con un tono sarcástico.

—¿Amnesia? — preguntó confundida Janneth.

—Janneth querida, creo que la maquillista te está esperando para tu primera sesión de fotos. — dijo aquello con naturalidad, ya que en parte era cierto.

Janneth se retiró y Joey se quedó observándola divertido.

—¿Amnesia Joey Tyler, es enserio? — dijo ella fulminándolo con la mirada.

—¿No tienes sentido del humor?

—Da igual. — dijo indiferente, la castaña era la que días anteriores había visto con Joey en una revista, aquella que Francesca le había mostrado.

—¿Por qué no me llamaste más? — dijo Joey.

—¿Disculpa? ¿yo a ti? Para empezar creo que sería al revés, segundo de todas maneras no lo hice porque no me interesas. —

—Sí, solo lo dije bromeando. Pero.. yo sé que aún no me olvidas. —la miró de manera burlona como el siempre solía hacerlo, pues sus aires de patán no desaparecían aún.

—Tú no tienes idea de quién soy Joey. —dijo Natasha a la defensiva con la cabeza en alto.

—Bueno eso ya no importa, ¿sabes? Porque por primera vez tengo una relación seria con alguien. —respondió Joey con indiferencia.

—¿Con Janneth? —alzó una ceja Natasha mirándole de manera burlona.

—Así es. —respondió el con seguridad.

—Me alegro por ti, por ambos. — dijo ella en tono serio.

—Tú fuiste mi última aventura y no me arrepiento, fue divertido en realidad. —dijo Joey de manera relajada encogiéndose de hombros sin darle importancia a aquello.

—Sí, fue divertido aunque nada del otro mundo. Ahora Joey Tyler tengo que irme, tengo cosas que hacer. — respondió Natasha imitando su tono, pues tampoco le daría el gusto a Joey de verla ilusionada o decepcionada por lo que había ocurrido.

Caminó alejándose de ahí hacia su oficina y cuando logró entrar sonrió para sí misma Janneth solo era un intento de ella, esa chica lo había dicho con sus propias palabras, se alegraba por él, de verdad que sí, probablemente lo de ellos jamás habría durado y bueno, eso fue exactamente lo que ocurrió.

Pasaron los días, la rutina se volvía a repetir pero no había vuelto a ver a Francesca por alguna extraña razón. Hasta que un día su celular sonó.

—¿Frankie? — dijo Natasha cuando contesto la llamada su amiga. —Hace mucho que no sé nada de ti.

—¡Amiga! Mm.. si lo sé, tengo que decirte algo. — dijo con un tono nervioso.

—¿Qué pasa? — preguntó Natasha confundida, aunque con curiosidad pues la voz de su mejor amiga indicaba que algo importante había ocurrido pero que tal vez se sentía, ¿incómoda? Así que esperó a que esta continuara para saber que ocurría.

—Mmm, he salido últimamente con Dominic, espero no te moleste. — dijo un poco insegura.

—¿Dominic y tú? ¡wow! Esa si que no la vi venir. — dijo ella sorprendida.

—Frankie, está bien a mí no me importa yo nunca sentí nada por él. —explicó tranquila para que su amiga no se preocupara, pues aunque la noticia le había sorprendido, no le molestaba aquello.

—¿Segura? —preguntó algo insegura su amiga que se encontraba del otro lado de la línea.

—Sí, además tú eres mi amiga de toda la vida, me alegro por ti. —respondió con sinceridad Natasha.

—¡Vaya gracias Natasha! —la voz de Francesca ya sonaba como la habitual, alegre y aguda.

—De nada, bueno supongo que luego nos veremos ¿no? —preguntó Natasha.

—Claro que si amiga. —respondió finalizando aquella llamada Francesca.

Colgó la llamada, al día siguiente decidió hablar con sus padres para realizar un viaje a Roma, necesitaba empaparse de nuevo de las nuevas tendencias y que mejor realizando un viaje a Europa.

Su viaje iba a ser indefinido, aquello no solo era un viaje de "trabajo" sino que era algo personal, lo necesitaba, quería alejarse de sus padres, su mundo en Nueva York y aquellos chicos que había entrado a su vida tan repentinamente para insertarse en cada uno de sus sentidos.

No se había puesto a pensar en aquello hasta aquel momento en el que se encontraba sola reflexionando mientras veía pasar las nubes en aquel viaje. No viajaba a Roma para buscar el amor como en muchas novelas y películas había visto que hacían las personas, estaba cansada de todo eso, todo era un mito, ¿amor? No podía sacar una definición a eso.

Probablemente estar sola y ser una mujer triunfadora que disfrutara de sus propios méritos sería lo mejor, la sociedad te enseña que si no tienes a un hombre a tu lado o no te casas no tienes triunfos en tu vida o eres infeliz, como si eso fuera lo más importante en la vida, para Natasha no lo era.

Cherry BombDonde viven las historias. Descúbrelo ahora