Epílogo: "Dime, Cherry"

1K 64 18
                                    

—¿Fin? — dijo aquella voz femenina aguda. —¡Vamos mamá ahí no pudo haber terminado la historia! — expresó emocionada y desesperada a la vez.—¿Qué paso con Cherry Bomb? Por cierto...¿por qué llamaste a esa novela Cherry Bomb?

—Significa "Cereza explosiva" digamos que quise utilizarlo como una analogía, la protagonista de la historia es como la cereza de todo pastel o helado, la cual todos quieren pero solo una logra saborearla. — explicó Natasha Collins.

—Ya entiendo... ¿entonces tú eres ella verdad mamá? —preguntó una hermosa joven de cabellera castaña, tez blanca y ojos claros.

—Así es Natalia— dijo Natasha quien ya se encontraba a los cuarenta y dos años casada, no solo con una línea de belleza, sino con su propia novela "Cherry Bomb" la cual había vendido muchos ejemplares.

—¿Y cómo lograste tomar esa decisión? — preguntó su hija Natalia que tenía dieciséis años de edad.

—A veces tienes que abrir los ojos para darte cuenta de las personas que realmente te quieren y él siempre estuvo ahí para mí, después de una semana yo volví a llamarlo. —respondió Natasha.

—Y entonces tú y papá se casaron. —concluyó la joven Natalia mirando a su madre y tomando en sus manos aquel libro que esta había escrito.

—Así es, no solo éramos grandes socios en el mundo de la moda, sino también somos grandes cómplices en cada una de las áreas de nuestra vida. —explicó con una cálida sonrisa.

—Natalia, es hora de que te prepares para la sesión de fotos. — dijo entrando por la puerta su padre.

—De acuerdo papi. —dijo dejando sobre la mesa aquel libro para ir a arreglarse.

—Su primera portada en la revista, nuestra hija está creciendo rápido. —dijo con emoción Natasha mientras veía como su hija se alejaba.

—Así es, además de que es igual de hermosa que su madre, mi querida Natasha. — dijo besando los labios de su esposa.

—Usted no se queda atrás Señor Zolezzi. —pronunció antes de besar a su esposo y al padre de su hija.

Días después...

Natalia había ido a bailar con su mejor amiga Fernanda Virtanen, se encontraban en un club nocturno.

—¿Entonces cuál es el propósito de la novela de tu mamá? — dijo Fernanda hablando en voz alta para que su amiga la escuchará.

—El propósito es que mi madre fue muy pretendida por muchos hombres, pero que ella sabía que no necesitaba tener a uno para ser feliz, estar completa o ser triunfadora, ella era feliz siendo independiente. Así que ella quiere que yo sea feliz con mis propias metas y que si quiero casarme sea por compartir mi vida con alguien y no depender de esa persona. —explicó con orgullo Natalia.

—¡Oh interesante! Bueno falta mucho para pensar en eso, ¡hay que divertirnos! — siguieron bailando. —Natalia, ese chico no deja de verte.

—¿Quién? — Natalia giro su rostro y se topó con unos ojos color avellana, cabello oscuro y tez blanca, efectivamente el joven de aproximadamente diecinueve la miraba.

—¡Oh! Es cierto...—dijo Natalia girando su rostro de nuevo hacia su amiga. —¿Qué crees que debo hacer?

—Nada, solo sigue bailando. —dijo entre risas. —¡Oh se esta acercando! —pronunció su amiga de ojos grises y cabello rubio.

—¿Cómo?— le pregunto cuando en eso sintió unas manos en sus caderas. —¡Hey! — dijo saltando por un escalofrío que aquellas manos le provocaron, al girar su cuerpo se topó con aquel joven y apuesto rostro masculino que la veía con una sonrisa seductora.

—Linda, siento haberte asustado. He visto cómo te mueves y me gustas mucho, ¿cuál es tu nombre? — dijo este con galantería.

—Dime Cherry— dijo sonriendo mientras mordía su labio inferior y ponía sus manos detrás del cuello de aquel chico.

—¿Cherry? Lindo, soy Adam Tyler— dijo sonriendo seductoramente con sus manos de nuevo en las caderas de ella, mientras seguían bailando.

Fin

Cherry BombDonde viven las historias. Descúbrelo ahora