Capítulo 11: "Enfrentando la vida"

703 45 2
                                    

Cuando llego a Roma, disfruto de un café en su habitación y decidió salir a caminar, aquellas calles empedradas le daban a Natasha una sensación de confortabilidad, tomo fotografías y compro pequeños recuerdos, siempre quiso realizar un viaje por placer sola.

Después de casi un mes de estar de viaje decidió regresar a Nueva York, llego a su hogar con la mente renovada y se sentía más tranquila.

—¡Natasha! — dijo la voz de su amiga Frankie al entrar a su cuarto. —Supe que llegaste hoy de tu viaje.

—Hola Frankie, así es. ¿cómo has estado?

—Excelente, de hecho Dominic está en la sala queríamos verte. —dijo Francesca de manera emocionada.

—¡Oh! Está bien. —respondió la pelinegra sorprendida.

Ambas salieron para encontrarse en la sala a Dominic y cuando llegaron vio a aquel hombre griego con unos ojos grises que ya no reflejaban posesión, sino algo que Natasha nunca había visto en aquella mirada, amabilidad.

—Hola Natasha, nos alegra que hayas vuelto. — le saludó el griego mostrándole una leve sonrisa amigable mientras Dominic abrazada por detrás a Frankie.

—Queríamos que fueras la primera en enterarte. —dijo emocionada Francesca mirando a su amiga mientras los brazos del griego la rodeaban.

—¿Enterarme? —preguntó Natasha confundida y con curiosidad mirando a aquella pareja, era muy curiosa la vida y nunca hubiera creído que aquello fuese a ocurrir, uno de sus pretendientes y su mejor amiga juntos.

—¡Si! ¡Nos casaremos! — dijo emocionada mientras alzaba su mano con un anillo en el dedo anular.

—¡Vaya! Felicidades a ambos. — dijo sonriendo con tranquilidad, aquello había sido una sorpresa pero de verdad se sentía feliz por ambos.

Así pasaron meses, Natasha se había encargado de ayudarle a Frankie con los preparativos de la boda.

Un día se encontraba Natasha en su agencia esperando a que llegaran diseñadores de todo el mundo para mostrarle los más nuevos y hermosos vestidos de novia para Frankie.

—Hola soy la prima de Dominic, Emma Virtanen. Vengo ayudarte con todo lo de la boda.— saludó una joven castaña que poseía los mismos ojos de su primo, los ojos grises de los Virtanen.

—Muy bien, mucho gusto Emma. — la saludó sonriendo amablemente Natasha, llevaba meses planeando todo: buscando lugares, enseñándole vestidos a Francesca, viendo la lista de invitados, contratando el banquete, etcétera y un poco de ayuda no le caería mal.

—¡Vaya tú eres la gran Natasha Collins! Es genial conocerte finalmente. —Emma miró a la pelinegra asombrada, pues había escuchado hablar de Natasha e inclusive la había visto en revistas y comerciales de la televisión.

—Te lo agradezco. —pronunció con amabilidad y sonriéndole la pelinegra mientras revisaba en su lista cuales eran los pendientes para aquel día.

—Eres un icono de la moda y bueno no solo eso.. — dijo desviando la mirada al decir la última palabra.

—Te lo agradezco, pero ¿cómo que no solo eso? — preguntó confundida mientras alzaba la mirada y posaba sus ojos azules en el rostro de Emma.

—No tienes idea de cómo le gustabas a mi primo Dominic, pero bueno cuando las cosas no funcionan, no hay nada que se pueda hacer. —se encogió de hombros y soltó un suspiro algo apenada de no haber incomodado a la preciosa modelo y heredera.

Cherry BombDonde viven las historias. Descúbrelo ahora