Luffy es un joven agente de la CIA que tendrá que viajar a Inglaterra a hacer el papel de "niñero" del más grande delincuente de Londres, pues ese era Portgas D Ace. A quien tendrá que cuidar por cierto tiempo hasta averiguar a fondo su caso. ¿ Acas...
- ¿ Ustedes de dónde se conocen ? - dijo Luffy ladeando hacia un lado
- Pues nos conocimos desde la secundaria y hasta un poco en la preparatoria - dijo el pelirrojo sonriendo mientras ahorcaba al pecoso - Como te metiste en tanto lío imbécil
- Suéltame cabrón - dijo el pecoso mientras se quitaba del agarre de Kid - Ya lo dije, no tengo nada que ver con esos temas
- Pues lo siento puntos, igual estas en observación - dijo este mientras sonreía de lado
Mientras que estos dos se estaban riendo de cualquier cosa. Luffy y Haru no entendìan lo que estaba pasando entre esos dos tipos; Kai solo estaba cruzada de brazos, ya que sabía algo más del tema entre ellos dos incluyéndola claro.
- Haru-san que está haciendo........ - susurró luffy mientras veía que esta se iba a la cocina
- shhhhhhhhhhhh - decía esta mientras traía una cubeta enorme con agua - Solo quiero jugarles una pasada
La pelirroja sonrió lascivamente, lo peor de todo que no sabía de dónde sacó tanta fuerza como levantar esa cubeta de agua para luego tirarla a esos dos que no paraban de reír. Sí, pues esta niña lo hizo para dejar cabreados al pecoso y al pelirrojo quienes no se percataron quien fue el que lo hizo.
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Aunque digamos que el pecoso no se molestó del todo, volteó y quedó mirando a las dos chicas o mejor dicho a Luffy quien se sonrojó, ya que lo miraba con demasiada ternura. Esto hizo que Haru también se sonrojara un poco mientras que la pelinegra ni siquiera le tomó atención a ninguno de los dos, esa chica es demasiado inexpresiva.
- Eustass anda a hacer lo que te dije - dijo la pelinegra seriamente
- ¡¡¡ Q-Q-QUÉ TANTO ME VES IDIOTA !!! - dijo el menor todo nervioso
- ¡ No me des ordenes ! - protesto el pelirrojo
- ¿ A si ? - dijo la joven mirándolo fulminantemente
Un escalofrío recorrió por los cuerpos de todos en la sala. Pues no hubo más que hacer lo que dijo la pelinegra y mientras eso esta le tiró una toalla en la cara al pecoso, pero antes de secarse miró al azabache menor a quien le dedicó una sonrisa haciendo que este se sonroje más.
