AARON CARPENTER

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Gracias por estar siempre para mi

-Maldita sea Aaron! Eres mi mejor amigo mi hermano de toda la vida! Jamás te cambiaría por mi novio! - grité como loca en la cara de Aaron mientras él no me prestaba atención.

-Todas tus palabras son mentiras así que no quiero escucharte, vete tranquila con tu noviecito de mierda - me contestó sin prestar atención a lo que dije y se metió a su habitación cerrando la puerta de un portazo. 

-Que niño ridículo eres! vete a la mierda - até mi cabello y me fui al patio trasero para prender un cigarro.

Esta estúpida pelea había comenzado hace una semana exactamente, mi novio me prohibía cualquier cosa y yo como estúpida lo justificaba, por lo tanto Aaron está sumamente cabreado conmigo, por ser una tonta enamorada detrás de alguien que no es sano para mi.

Sé que no debería disculparme pero vine para poder hablar del tema y escuchar su opinión pero era imposible con él, su terquedad lo controlaba constantemente.

Cuando terminé mi cigarro tomé aire y subí las escaleras para enfrentar a la bestia de mi mejor amigo, golpeé levemente la puerta y no contestó. 

-Aaron por favor abre la puerta no seas un niño, necesito que me escuches y si no abres la puerta lloraré hasta que abras.

-Pasa - abrió la puerta y quise abrazarlo pero se alejó de mi automáticamente. 

Simplemente suspiré frustrada y me senté en la cama como un indio a punto de llorar y él se sentó frente a mi.

-Realmente lamento no haberme dado cuenta de las cosas y ya le puse los puntos a Luca, te amo amigo y no quiero que te enojes conmigo porque te necesito conmigo, en serio - una y otra lágrima saltó de mis ojos y me abalancé para abrazarlo.

-Tranquila está todo bien si? me enojé porque mereces a alguien que te trate bien y te entienda, no alguien que te prohíba las cosas - me abrazó y limpió mis lagrimas. 

-Gracias por entender, quieres ir a la playa? 

-Como podría decirte que no después de extrañarte tanto así que prepárate que nos vamos.

Antes de ir a la playa pasamos por mi casa a buscar mi bikini, pijama y demás cosas ya que me quedaría a dormir en su casa.

-Vamos que la playa nos espera!! - dije saliendo del auto y corriendo a la arena.

-Oye estás loca lo sabías? - ante su comentario tiré un poco de arena sobre él.

-Si lo sabía tonto, vamos al agua.

-Vamos nena.

Corrimos los dos juntos y nos lanzamos al agua que estaba congelada, nos mojamos y jugamos un rato para luego volver a donde habíamos dejado nuestras cosas.

Nos sentamos en la arena observando como la tarde caía y retraté ese momento para siempre en mi cámara.

-Gracias por estar siempre para mi - besé su mejilla y el me abrazó por los hombros.

-Siempre estaré enana, te quiero.

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Gracias por leer!

ACTUALIZADO.

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