El café es esa pequeña forma que muchos tenemos de liberar nuestros pensamientos, el café desprende un aroma tan lleno de sutileza que hace que mi mente vuele llevando mi lápiz por mi libreta, casi como algo mágico, el café tiene un color que simplemente aterriza tus ideas, el sabor del café es una sensación inolvidable, su presencia hace un mundo nuevo con lo antiguo, el café, incomparable como él solo, el café que tantas líneas me permitió escribir, ese café me recuerda al de sus ojos, pues me encanta verla cuando su mirada se pierde, se va por un momento, tal vez siga allí, pero tal vez esté pensando en mil y un cosas, pero mientras ella está pensando en esas mil y un cosas yo pienso en todo mi mundo, y es muy sencillo, porque todo mi mundo está ahí al frente, porque todo mi mundo es ella. Me
Encanta disfrutar de esas sonrisas, de esas miradas que tal vez expresan algo que no comprendo, me encanta aprovechar cada abrazo que me da, me encanta ver cómo se ríe de mis chistes, me encanta que me mire con esa cara de "este chico tiene un problema" porque cuando estoy con ella, solo busco la manera de poder decirle algo, algo que nace de mi interior, ese algo que se que puede ser el fin, ese algo que simplemente al decirlo puede acabar con todo, por eso prefiero conformarme con ver desde el asiento del frente como el café de sus ojos me cautiva, porque sé que es ese café el que algún día destruirá mi vida, eso sí es por ella, estoy dispuesto a arruinarme con ella...