Me, him, and him [TBWTBB 2]

Capítulo 7

Dedicado a todas ellas que me dieron un apoyo en increíble, no tengo manera de agradeceros todo lo que habéis hecho por mí. 

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EN EL ÚLTIMO CAPÍTULO:

–¿Qué le has hecho, Addie? –preguntó Isabelle con impaciencia. Sonriendo, conté la historia entera sin olvidar bajar el tono. Pronto después las carcajadas llenaron nuestra mesa, llamando la atención del resto del comedor. Miré a Zach y le vi mirándome. Era una mirada significativa, no sabía el qué pero estaba segura de que significaba algo. Una sonrisa ladeada.

Probablemente significaba que la fiesta en el barco no era el final. Todavía quedaba un largo camino. Millones de adivinanzas que resolver.

Nos estaba dando a 'nosotros' una segunda oportunidad.

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Capítulo 7

–Ay Dios mío –gemí por décima vez. Había estado dando vueltas por mi habitación y cada vez que paraba delante del espejo, veía la marca de pintalabios rojo en un diente y los labios secos. Suspiré y volví a pintarme los labios tras hacer gárgaras. Para evitar seguir mordiéndome los labios, cogí tres chicles de menta a la vez y bajé las escaleras mientras los masticaba.

–¿Estás lista? –preguntó mamá mientras se arreglaba el pelo. Rodé los ojos y remarqué:

–Mamá, llevo lista desde hace horas. Eres tú la que necesita tanto tiempo con la ropa.

–¡No es mi culpa! Susan ha decidido que hay que llevar algo con flores, y tengo un montón de vestidos y blusas florales así que necesitaba más tiempo –se excusó, las mejillas se le sonrojaron. Sonreí y le metí prisa para ir al coche, donde Chris y papá esperaban.

Tras recibir algunas quejas por su parte, viajamos por la calle durante un trayecto de tan solo quince minutos hasta la casa de Tyler. Estaba cerca un teatro antiguo en ruinas y abandonado. Me estremecí. ¿Por qué elegirían los Gardners un lugar así para vivir? Parecía que cualquier camello o criminal podía estar por ahí para llevar a cabo sus negocios.

–¡Susan! ¡Jerry! –gritó mamá en cuanto alcanzamos la puerta de los Gardners. Tras darnos a cada uno un beso en la mejilla, Susan y Jerry nos llevaron directos al comedor. En la mesa descansaba mi lasaña favorita junto con otra comida por la que tenía que evitar babear.

–No veo a Tyler por ningún lado –dijo papá mientras nos sentábamos.

–Ah, todavía está en su cuarto. Addie, ¿te importa llamarle para que baje? Su cuarto es el primero a la izquierda nada más subir las escaleras –dijo Susan.

–Vale –contesté simplemente antes de marchar hacia la escalera. Estaba acostumbrada a encontrarme a solas en el cuarto de Tyler, sus padres confiaban en mí. Giré a la izquierda y toqué la puerta tras dudar si debía entrar. Zach me pasó por la cabeza, pero siempre y cuando no pasara nada, estaba bien, ¿no? Pronto oí su voz diciéndome que pasase.

–Addie, estás aquí –admitió mientras entraba en su cuarto. Dejé la puerta abierta de par en par a propósito.

–Sí –me encogí de hombros –. Espera, ¿estás estudiando?

–Emm, necesito los puntos extra porque he suspendido el examen de mates. El profesor me ha dado cincuenta problemas.

–Ouch –hice un mohín –. Y se te dan fatal las mates.