De Detrás del Espejo [Pausada y editando]

Cap. 8: Aire

Dos hombres aparecieron por detrás vestidos de la misma manera que el que estaba delante de ellos. Pedro se acercó a Elena, le susurró y esta se agachó para poder escucharle:

-Dame la mano.

Elena creyó que Pedro estaba asustado. Después de todo, él era un niño. O, al menos, tenía su cuerpo. Fuera como fuera, su dulce voz le enterneció así que, no dudó dos veces antes de coger su pequeña, frágil y suave mano, entrelazando sus dedos con dulzura. Era una sensación cálida que duró poco. De pronto, Elena empezó a marearse. Su cabeza dio un vuelco, y ella cayó al suelo. Pedro ya estaba allí.

-¡Elena! ¡Elena!

Elena abrió los ojos muy lentamente y se dio cuenta de donde estaba.

-¡Menudo susto me has dado! ¡¿Por qué siempre te tengo que despertar!? Sabía que esto era nuevo para ti pero no creía que te afectaría tanto... ¡Llevas horas durmiendo!
-Elena estaba confusa, "¿Quién era el chico que le estaba hablando?"
-¿Q-quién eres?
-¿Tu quién crees? -Dijo él con un tono entre sarcástico e impaciente- ¡Soy Pedro!
"¿¡Qué?!" Si ese era Pedro, había crecido y había cambiado. Elena no entendía nada.
-Pero, ¿cómo vas a ser Pedro? ¡No lo pareces! Es decir, tu eres más mayor y más guapo y más...
Elena comenzó a sonrojarse. Aquel chico era realmente atractivo. Estaba convencida de que él no era Pedro.
-Soy guapo ¿eh? –Elena se sonrojó aun más- Es broma, es broma... Sí, soy Pedro. Te lo explicaré. Hice una especie de... ¿conjuró? Sí, llamémosle así para que lo entiendas. Conjuro o hechizo. Bueno, hice el "hechizo de teletransportación de espíritus". Estás tan distraída conmigo, que ni te has fijado en ti. ¡Mírate! –Dijo riéndose.

Es verdad que Elena no se fijó en dos cosas. Que Pedro parecía hecho de aire, y que ella también.
Elena miró su mano y no pudo evitar tocarse. Era como si se atravesara a ella misma. No era un tacto real, era un sentimiento. Una especie de fuerza que no se ve y que solo se puede sentir. Gracias a ella, Elena podía, aun, notar algo su piel.