Cap. 9: Peter

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Gracias a esa fuerza, Elena aun podía notar algo su piel.

-¿Qué está pasando? –Preguntó Elena sin entender la sensación que sentía- ¿Tú también eres de aire?
-¡Ja, ja, ja...! Elena, no somos de are. Somos notros, igual que antes. Lo único, que nuestro cuerpo se ha quedado atrás
-¿¡Qué?! –Interrumpió Elena- ¿Me estás queriendo decir...  que estos son nuestros espíritus?
-¡Siii! ¡Bingo! Ha ganado el primer premio, señorita...

Elena, atónita, no sabía que decir, ni que contestar. Ella empezaba a entender que no tenía su cuerpo y que ese chico que estaba en frente suya, sí era Pedro. Elena seguía pensando en todo mientras Pedro hablaba, aunque sin nadie que le escuchara...

"Es afortunada. Ha ganado el primer premio, señorita. ¡Nutella para toda la vida! ¡Wow! Ahora podrá comer Nutella siempre que lo desee... ¡Qué envidia...!

-¿Pedro?
-¿Em? ¡Oh, sí! Dime...
-¿Cómo sabes tantas cosas de mi? –Elena se puso seria- ¿Cómo sabes que me gusta bailar o que me gusta la Nutella?
Pedro cambió su sonrisa por una cara más triste:
-Elena... yo...
-Por favor, Pedro.

Pedro se quedó pensativo durante unos instantes que se hacían eternos para ambos. Dada la desesperación de Elena, él decidió rendirse; Pedro comenzó a hablar:

-Cuando tú naciste, mi espíritu nació dos años antes. Yo vagaba por tu mundo muchas veces. Lo hacía solo, consciente de que nadie me veía... O al menos, hasta que llegaste tú. Tú eras la única persona capaz  de verme, de sentirme, de hablar conmigo...
-¿Qué? No te entiendo. Yo no he hablado nunca contigo.

Esas palabras llegaron como fuego al corazón helado de Pedro.

-Yo soy Peter.

No se pueden contar los innumerables flashbacks que pasaron por la cabeza de Elena... ¡Podían ser cientos, incluso miles!

Hace 15 años...
¡Elena estaba monísima! Tenía dos coletitas en la cabeza y una camiseta de un sol. A los ojos de su madre, ella parecía hablar sola o con un amigo imaginario... Pero para ella, había alguien allí. Era su amigo incondicional, fuera  imaginario o no.

-¡Peter! ¡Peter!
-¡Elenaaaa! –Ambos corrieron y se dieron un fuerte abrazo
-¡Elena, ¿por qué no dibujamos una flor?!
-¡Siii!

Elena y "Peter" pasaron toda la tarde dibujando flores.

En la actualidad...
-¡Peter!

Elena se lanzó de golpe y le dio un fuerte abrazo a Pedro. Aunque no era un tacto nítido, era un sentimiento que ella podía notar. Que ambos podían notar.

De Detrás del Espejo [Pausada y editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora