-¡joder llego tarde!- gritaba mientras saltaba de la cama al armario para coger lo primero que vi en el armario y seguidamente fui al baño para cepillarme los dientes y vestirme a la velocidad del rayo, cuando salí vi a mi hermana desayunar tan tranquila en el sofá mientras veía las noticias
-¡¿Por qué no me has despertado!?- le pregunte indignado.
-Porque estàs tan mono cuando duermes, que decidí no despertarte- dijo con la boca llena de galletas Marìa.
Rebecca le echó un vistazo al reloj de la cocina, se levantó del sofà, cogió la mochila y se fue corriendo sin dejarme despedirme ni siquiera. Yo cogí una napolitana de chocolate e hice lo mismo que ella.
De camino al instituto estuve pensando en lo ocurrido ayer por la tarde con Gabriel, tenía tantas preguntas sobre eso: ¿Quién era suyo? ¿por qué le iba a robar algo o en este caso alguien? ¿, si no me interesa nada de sus pertenencias, y si me interesara, no pensaba arrebatarselo, nosoy ese tipo de personas, la verdad.
Pero la que màs me preocupaba era Katie, ayer estaba muy rara, con la mirada màs perdida de lo normal, y sobre todo ese maldito papel, ¿que tenìa de gracioso para que ella sonriera de esa forma? Decidí olvidarme de todo y ponerme Sum 41 con los cascos de camino a clase, una vez en la entrada, vi a mi mejor amiga a lo lejos hablando con un chico, un chico que conocía bien, se llamaba Gonzalo, y tenía dos años màs que Katie y yo, tenía los ojos color miel y era màs alto que ella, el pelo castaño y un poco corto, pero muy guapo y un cuerpo esculpido, era conocido en el instituto como el chico malo, y si, es por su largo historial de delincuencia y su pasado en muchos centro de menores por quema de vehículos policía y trapicheos con droga. El caso, que les vi en la entrada hablando y riendo, por lo que me pareció un poco extraño porque Katie no era muy sociable, que digamos y mucho menos con tipos como Gonzalo, que es sólo verle a los ojos y quedarte de piedra del miedo. Después de un rato observàndolos a lo lejos, vi que el chico malo le ponía un anillo de plata a Katie en el dedo corazón, ésta a continuación se emocionó y le plantó un beso en toda la boca a Gonzalo, y se fueron juntos al interior del edificio para ir a sus respectivas clases, yo, mientras, sorprendido por lo que acababa de ver me quedé donde estabaen estado de shock-¿!Katie tiene novio !?- pensé mientras intentaba asumir esa información.Pasado cinco minutos de que sonase el timbre entré en clase y me senté al lado de mi supuesta mejor amiga.
-Hola mi amor-saludaba ella con la voz màs inocente que podía poner. Yo sólo la fulmine con la mirada, me miró con extrañeza-¿ que te pasa mi negro?¿por qué me miras como si hubiera matado a toda tu familia?
-Nada- respondí molesto- solo que ya no me cuentas las cosas- dije seguido.
-¿a que te refieres?
-Venga ya, sabes a lo que me refiero, o sea, te vas liando con el delincuente del instituto, y ni me lo dice? Ya veo la confianza que me tienes...
Se empezó a reir en medio de clase, no paró hasta que el profesor nos llamó la atención:
-Señorita Ziyani y señorito Medina,¿ os importaría compartir con el resro de la clase que es eso tan gracioso?
Nos quedamos un momento en silencio y retomamos la conversación ya cuando el profesor decidió dejarlo como estaba:
-¿Es por eso por el cual estàs con cara de perro rabioso?- me preguntó todavía entre risas
-Si,¿ por qué iba a ser si no?- dije aún màs molesto, no entendía porque se reía
-Por el gilipollas que hay detràs- y señaló al chico regordete que estaba al final del aula jugando con un boli- Bueno, menos mal que solo es eso
-¿¡Cómo que menos mal!?- dije- ahora me explicas como habéis llegado a una relación, lo merezco
-Bueno, pues a ver, cuando estaba en el hospital, los únicos que veníais a verme erais tú y él, bueno, él siempre cuando tú no estabas. Al principio no entendí el porque de tanta preocupación por mí, pero me sentía a gusto, aunque sea un delincuente no significa que sea mala persona, al contrario, es un amor de hombre, en rehabilitación siempre estaba conmigo y cuando me sentía sola o estaba aburrida él aparecía por arte de magia, haciéndome reir y siempre pendiente de que me ponga bien, hasta que, cuando salí del hospital, el mismo día, en la puerta del hospital se presentó con una rosa blanca, pero había pintado algunos pétalos de verde, me dijo que estaba enamorado de mi desde segundo de ESO y que le gustaría ser el hombre de mi vida, a lo que yo le respondí que sí, y desde ahí estamos saliendo.
Me quedé un rato en silencio.
-Si tú eres feliz, da igual todo lo demàs, yo sólo quiero ver esa sonrisa que enamora a cualquiera- y a continuación le di un beso en la mejilla.
- Gracia- me susurró mientras esa sonrisa asomaba en su inocente rostro- te quiero, ¿lo sabes, verdad?
- Si, yo también te quiero- dije en voz baja- pero como ese cabrón te haga llorar, no respondo a mis actos.
Y empezó a reirse otra vez, esa risa, no me extraña que tenga novio, esa risa es perfecta.
En la hora del recreo, dejé a los tortolitos en paz y salí a la calle para comprar algo de comida y fumarme un cigarro, cuando iba a sacar el paquete de tabaco, se cayó un papelito doblado de mi bolsillo, lo recogí y lo leí:
- Hoy a las 19:30 en el polideportivo, no me falles porfa.
¿De quién serà?