Capítulo 12. - Temporada II.

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Help.

***Narra Abby***

- – Nos volvemos a ver, Abbigaíl. – Me dedicó una sonrisa. –

- Mar..cel... - Tartamudee con dificultad. –

- Así es. – Sonrió ampliamente. Camino para quedar frente a mí y se puso de cuclillas. – No estamos aquí para dañarte, solo queremos un poco de ayuda. – Exageró. –

- ¿Ayuda? ¿De qué? – Pregunté molesta. – Embarazada no puedo hacer mucho, no tengo mis habilidades al cien por ciento. –

- No es por eso, querida. – Se levantó. – Digamos que serás una hermosa carnada. – Se dirigió al grupo de brujas con el que andaba. – Sédenla y llevémosla de aquí. – Les ordenó. –

¡Mierda, mierda, mierda! Siempre que intento estar sola en casa, en tranquilidad, pasan este tipo de cosas.

Para mejor usamos el hechizo, pero al parecer no fue suficiente, nos ganan en números. De lo último que recuerdo antes de caer en un profundo sueño fue el susurro de Katherine.

- Me vengaré. – Dijo. –

¿Vengarse? ¿De quién? Marcel supongo. De mí es difícil, ya que no la conozco.

...

Estoy muy asustada.

Desperté en un lugar completamente desconocido para mí y sola, parece una guarida subterránea.

Mi corazón late con fuerza, mi boca está seca y mis manos están temblando. He enfrentado mucho y sobrevivido: vampiros, hombres lobos, brujas. Cosas que nunca imaginé que fueran reales. Y ahora estoy aterrada. ¿Por qué?

El ruido de pies en el mismo piso hizo que reaccionara con rapidez. Pero me encontraba atada de pies y manos junto a una silla.

- Maldición. – Dije en voz baja. –

Solo era una asquerosa rata, que asco. Tiré la cabeza hacia atrás para quedar mirando el oscuro techo, en donde solo alumbraba una luz violeta. ¿Qué es esto? ¿Una sala de tortura?

Cerré mis ojos por completo para soltar un chillido agudo, intenté acordarme de lo que habíamos estado practicando con Davina y Bonnie los últimos días, en caso de que algo como esto ocurriera.

Enderecé mi cuello, sin abrir los ojos intenté concentrarme solo en poder "comunicarme" a través de los "sentidos de brujas".

Nos ha costado mucho realizarlo, requiere de mucho poder y concentración, pero los bebés no me ayudan mucho. Abrí los ojos desesperada y con la respiración agitada. ¿Qué hago?

Lo volveré a intentar.

Cerré por segunda vez los ojos y con más concentración que la primera vez, medité.

Donde sea que estén ahora, por favor, tengan cuidado. Solo sé que algo va mal. No sé en qué lugar me encuentro, pero Marcel y sus brujas son los culpables. Incluyendo a Katherine.

Todo lo que sé es que algo horrible está a punto de pasar. Y, de alguna manera, estamos involucrados. Tanto ustedes, como yo.

Pero antes de que intenten realizar alguna locura por rescatarme, quiero que tengan mucho cuidado, y que lleguen a mí a salvo.

Corté todo tipo de comunicación "mental" al escuchar la voz de Katherine acercándose a esta habitación.

- Eres muy aburrido. – Le dijo Katherine a alguien. –

Sentí la puerta hacer crujido al abrirse, se asomó Katherine y Marcel, qué bien. Nótese el sarcasmo.

El sol acababa de ponerse, se podía notar por un pequeño agujero de la habitación, pero todavía permanecía un poco de luz.

Katherine se quedó bajo el marco de la puerta y Marcel deambuló por la habitación, observándome y llevando ambas manos a su boca de forma pensativa.

- ¿Qué es lo que realmente quieren de mí? – Pregunté angustiada. Estoy sedienta y mis pequeños descendientes no ayudan en el proceso. –

- Ya te lo dije, solo queremos ayuda. – Insistió. Rodee los ojos furiosa. –

Sí, estoy hambrienta, sedienta y de todo. Cuando me encuentro en este estado es preferible que ni siquiera me dirijan la mirada.

- Vámonos. – Le ordenó a Katherine. –

Estaban por salir de la habitación, pero no me contuve. Mis emociones están por sobre el límite, y esto se está volviendo peligroso.

Mi cara poco a poco comenzaba a cambiar, o eso es lo que noté. Mis venas se asomaban lentamente, pero sacudí la cabeza para evitar ese pensamiento.

Cerré los ojos y dije mentalmente un hechizo para safarme de las amarras con verbena sobre mis puños y pies.

En un segundo se soltaron, pero ambos vampiros no se habían dado cuenta de aquello. Sonreí maliciosa y me lancé sobre Marcel. Doblé su cuello para morderlo, pero Katherine saltó sobre mí, haciendo que soltara a Marcel.

La lancé hacia la pared con toda fuerza, me giré rápidamente para quedar frente a Marcel, quién sostenía esa sonrisa imprudente.

Olí una gota de sangre, es de Katherine, quién se dañó al chocar contra la pared.

Intenté recuperar mi cordura, pero sentí mi aliento acelerándose. Solo gruñí, mis manos se agruparon en garras para defenderme.

Marcel de repente me atacó y solté un grito ahogado.

Alcanzó a darme un puñetazo en la cara y esquivé algunos otros, pero eso hacía que mi ira aumentara.

Intenté alejarlo pero no se dejaba. Rápidamente pensé, y le rompí el cuello a Marcel. Y en seguida, le enseñé los dientes en una salvaje y feliz sonrisa a Katherine, que se logró poner de pies.

Corrió por la puerta y no la tuve más frente a mí. Había huido como la vil cobarde que siempre ha sido.

Con dificultar caminé por el largo pasillo oscuro, con precaución de que alguien más no saliera al ataque.

Logré salir, era un refugio tipo cueva, salí en medio de la nada. Mierda.

Mis piernas ya casi no me respondían y me faltaba la respiración.

Me sobre exigí demasiado, pero debía hacerlo para salvar a mis bebés y a mí.

Dije que no permitiría que nadie más me haría daño, y que me defendería como pueda.

Esta vez tuve suerte, pero ¿Quién dice que para la próxima correré con la misma suerte?

Esta vez tuve suerte, pero ¿Quién dice que para la próxima correré con la misma suerte?

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Más acción que nunca :O!

Es cortito, lo sé. Pero... me gustó escribirlo:x



The Secret; Hereje [2] | Damon Salvatore [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora