Cuando le dijeron que iba a tratar con el caso más difícil del centro de rehabilitación, lo vio como un reto más dentro de su carrera. Pero no esperaba algo así... nada como eso...
Sintió como su corazón se estrujó al llegar a la habitación de su paciente y verlo por primera vez. Había vendas por todo el pequeño cuerpo, y lo que no era cubierto por vendas, lo estaba por yeso. Apenas podía ver la mitad de ese rostro infantil debajo de las mascarillas y demás cables.
Tomó el expediente médico, era su deber revisarlo, y se sintió aún peor al ver su edad. 11 años apenas cumplidos. De origen japonés, al igual que él, y por un segundo se preguntó que hacia en Los Angeles. Pero no pudo preguntarse demasiado. Conforme iba viéndolo y leyendo el parte médico, decidió hacer todo lo humanamente posible por ayudarle. Siguió leyendo, un fuerte accidente automovilístico, único sobreviviente. Más abajo aún estaban redactadas las lesiones: fracturas en ambas piernas, en la cadera, sus costillas, el brazo derecho y el izquierdo con luxación del hombro. Esguince de tercer grado en las vértebras y un severo golpe en la cabeza que lo tenía inconsciente. Aún no llegaba el diagnóstico de la espalda, pero lo esperaba con ansias... ojalá no hubiera lesiones mayores. Le ayudaría a recuperarse una vez que despertara.
-Sus padres fallecieron y su abuela está por venir para hacerse cargo, por ahora será tu responsabilidad- le indicó el director del hospital, así Sousuke supo que su paciente era influyente... o adinerado, al menos. -Ya la señora decidirá si te deja en el puesto o no...- asintió. Él sabía que las cosas eran así.
Firmó el contrato y le dieron oportunidad de ir a comer algo antes de encerrarse en aquella habitación para cuidar de la personita que lo necesitaba. Sousuke era un joven de 23 años, recién titulado en Terapia Física y Enfermería con especialidad en pacientes pediátricos. Por eso le habían llamado, era el único disponible y con los conocimientos adecuados.
Primera noche:
Revisar bien el expediente, ajustar las dosis de medicamentos y mantenerse alerta. Le habían sedado para poder someterlo a rayos X y tomografías, había perdido todo raciocinio... y es que la pobre criatura había tenido la desdicha de ver los cuerpos destrozados de sus padres por horas mientras se hacían las labores de rescate.
Sousuke vigilaba el goteo del suero, que la máquina de oxígeno estuviera funcionando y que su ritmo cardíaco se mantuviera constante. No podía imaginar el dolor para Haruka. Tanto físico como emocional. A mitad de la madrugada, mientras contemplaba a su paciente, una punzada de remordimiento le llegó al pecho... se sorprendió llamando a su madre sin importarle que el reloj marcaba las 4am y que su padre le había refunfuñado, aunque agradecieron la atención.
A la mañana siguiente, aún tranquilo a pesar del cansancio, recibió a la abuela Nanase. Le sirvió de sostén y le brindó apoyo cuando casi se desmaya al ver a su único familiar en aquel deplorable estado. La mujer, elegante y fuerte para su edad, lloró inconsolable durante varios minutos mientras le murmuraba a Haruka que todo iba a estar bien. Que en casa se iba a recuperar.
-Señora, moverle es un riesgo enorme... aún no se han descartado posibles lesiones que podrían ser de alto riesgo.
-No voy a dejarle aquí. Tenemos que irnos... En Japón hay excelentes médicos, podrán tratarlo.
-Comprenda, señora... No está en condiciones de viajar a ningún sitio...
El médico encargado discutía acaloradamente con la mujer. Quien, argumentando ser el tutor legal del menor, podía decidir lo que le diera la gana. No podía dejarle ahí, sería muy mal vista. Pero tampoco podía llevarle de vuelta. No iba a poder hacerse cargo de él. Ni siquiera podía hacerlo en ese momento... debía volver, su empresa no iba a darle dinero si no la trabajaba.
-Bien... si se queda, ¿Quien lo cuidará?- preguntó con la mirada helada al médico.
-Sousuke es el mejor en el campo pediátrico. Sabe de enfermería y rehabilitación. Se encargará de cuidar a su familiar y...- una mirada despectiva detuvo todo movimiento del moreno de ojos aqua.
-Vaya... un enfermero...
-Es más corto que dar todo mi título como Terapeuta Físico y Enfermería con Especialidad en Pacientes Pediátricos- respondió él, encogiendo los hombros de forma despreocupada mientras recibía una mirada entre diversión y de regaño de su supervisor. A la mujer no le quedó más que aceptar eso, volvería por Haruka una vez sus piernas se recuperaran y pudiera viajar. Mientras tanto, Sousuke se mantendría cuidándole.
Todo estaría bien.
Continuará...
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Yo Te Cuidaré...
FanfictionLa mayor motivación para un terapeuta físico es la óptima recuperación de su paciente. Pero para Sousuke Yamazaki, significa más que eso... Sobretodo cuando su paciente es un pequeño que parece necesitar más que sólo terapias...