Desastres Caóticos

Cuando no queda nada más

Estaba acostado en la cama viendo el techo cuando mi teléfono empezó a sonar. Miré la pantalla...era Kyouya, tardé sólo unos segundos en contestar para no parecer que me emocionaba el hecho de que me llamase.

-¿Por qué tienes mi número todavía?

-¿Y tú? ¿Por qué tienes el mío? - Apreté mis ojos con fuerza e hice una mueca.

-Bien, estamos igual. ¿Qué quieres?

-Hey, no sabía que llamarte era un delito. - Solté un bufido y puse los ojos en blanco, sentí que sonreía al otro lado de la línea, le gustaba verme sufrir.

-Tratarme como una mierda tampoco lo es, sabes. Estoy ocupado, Kyouya.

-Ver tu techo no es estar ocupado. - Abrí mis ojos como platos, me paré de la cama de un salto y miré alrededor del cuarto.

-No me busques en tu cuarto, no estoy ahí. - Mordí mi mejilla y me senté de nuevo.

-Maldición... - Susurré. - Si no estás en mi cuarto ¿Cómo puedes verme?

-¿Necesitas lentes? Tengo bastantes para prestarte. - Le di un golpe a la pared.

-¿Podrías dejar de ser tan jodidamente prepotente? Me gustaría que me trataras mejor. - Soltó una pequeña risa.

-¿Dejar de ser tan prepotente después de ver tu rostro cuando viste que el que llamaba era yo? - Mi rostro se ruborizó de nuevo. Volví mi vista hacia la ventana. - Hey, ya te diste cuenta de dónde estoy, te felicito Suoh.

Estaba sentado en la rama del árbol que estaba al lado de mi ventana, sostuvo su teléfono lejos de su oído y me miró, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, una sonrisa se me escapó de los labios. Me maldecía por dejarlo entrar de nuevo en mi vida después de haber sufrido tanto por sacarlo. Volví a caer. Abrí la ventana rápidamente, él se coló por esta caminando con cuidado sobre la rama.

Saltó en mi cuarto y me miró acomodando sus lentes para después colgar el teléfono.

-¿Ahora decides no sólo hacerme la vida imposible si no que también espiarme? - Negó con la cabeza.

-No, no he decidido espiarte porque te dejé claro que estaba viéndote, además me encontraste y me dejaste entrar...

-Lo hice porque estoy en contra del maltrato animal...dejar a un animalito afuera mientras se muere de frío es maltrato animal...

-¿Así quieres que te trate mejor? - Solté una risa.

-No me interesa que me trates mejor, te superé Kyouya...y después de hacerlo siento que soy feliz.

-¿No eras feliz conmigo? - Alzó una ceja mientras sonreía.

-No, para nada.

-Eso no decías en la cama. - Se sentó en mi cama, me quedé parado mirándolo. No podía dejar entrar a mi vida de nuevo, no en ese momento.

-Lo que digas...ya te lo dije, estoy ocupado...tienes que irte. - Abrí la ventana de nuevo y lo miré sosteniéndola para que se fuera. Lo estaba logrando.

Las piernas me temblaban de sólo pensar en que iba a terminar derrotado por su maldita aura...él y sus perfectas imperfecciones me volvían loco y no me cansaba de que lo hiciera.

-Bien. Si eso es lo que quieres. - Seguía con una sonrisa en su rostro, sus ojos estaban grises como siempre...nada de un gris más oscuro, él no estaba enfadado. Caminó hacia la ventana, se paró en frente de esta y me miró.

Sentí como mi espalda chocó contra la pared y el ruido que hizo la ventana al cerrarse. Sus manos rodeaban mis muñecas y su pierna izquierda estaba entre las mías, volví a sentir lo mismo que sentí cuando me tocó en el salón, todo lo que había intentado olvidar volvió y mi cuerpo quiso volver a sentir esa chispa.