Último desastre

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Estaba esperando a que las palabras salieran de su boca, tenía el corazón en la garganta y la mente en el piso.

-Me fui porque quería superarte, fueron los meses más asquerosos de toda mi jodida vida, Tamaki. Volví porque me había dado cuenta de que te necesito más que a nadie, que te trate mal porque me mataba verte feliz o por lo menos eso aparentabas. Cuando me dijiste lo de tu embarazo me volví loco porque pensé que eras un mentiroso, que lo único que querías era mantenerme a tu lado con mentiras ridículas...

<<No sólo eso, Tamaki. Me sentí un idiota cuando te dije todas esas cosas, pero a la vez sentía impotencia porque no pude mantenerte a mi lado. Tal vez pienses que me estoy haciendo la víctima pero no es así, simplemente...Dios. Eres una parte esencial de mi vida. Cuando me dijiste que te gustaba ese día, todo dentro de mí se revolvió y tomé apresuradamente la decisión de alejarme de ti porque no entendía completamente mi cariño hacia ti, pensé que estaba mal quererte, que estaba mal que me quisieras de esa forma, me resistí pero tú tienes esa ridícula y estúpida habilidad de poder controlar todo lo que tienes y debo admitir que me sentí celoso, tanto que quise tenerte bajo mi control para demostrarte que no eras más que yo...se volvió adictivo hasta tal punto en el que de verdad empecé a aprender a quererte como no he querido a nadie. Y quiero por último que sepas...que me hiciste el hombre más feliz cuando estabas conmigo...>>

Me había quedado petrificado ahí, recordando todo lo que había aprendido junto a él...como aquella estúpida vez que le dije que era un idiota por pensar que los romanos eran de Roma...

//FLASHBACK//

-¡De verdad eres un imbécil, Kyouya! - Le dije con rabia al de gafas, lo miré con el rostro rojo pero este mantenía su calma.

-Es imposible que los romanos sean de Grecia, Tamaki...nunca prestas atención y por eso es que estás así. - Dijo golpeando suavemente mi cabeza.- Por algo se les dice romanos...porque son de Roma sino serían griegos.

-No es verdad...los romanos son tan geniales como para ser de Roma...en cambio los griegos son más como ellos...

-Tal vez lo sean, pero siguen siendo de Roma. Ahora deja de contradecir todo lo que digo y presta atención. - Le regalé mi mejor sonrisa, algo bipolar...pero él sacaba lo mejor y lo peor de mí.

//FIN FLASHBACK//

Las lágrimas seguían saliendo pero ahora lo miraba fijamente. Suavemente las limpió con su dedo pulgar y me derretí...

-Eres un idiota...

-Tal vez lo soy...

Sus labios se unieron con los míos, por fin lo volvía a sentir sin parecer culpable como si todo hubiese estado arreglado para que termináramos juntos y nos diéramos cuenta de que esto de verdad valía la pena. Secó de nuevo mis lágrimas y me volvió a besar, lo amaba...tanto que perdía mi razón junto a él. Cogió la pequeña maleta que Haruhi me dio y la tiró al asiento trasero, pude sentirlo más cerca. Paré el beso y miré la maleta.

-¿Qué sucede? - Negué con la cabeza y retomé el beso pero este me separó. - ¿Qué pasa con la maleta? - Alargó el brazo y la cogió, intenté rapársela.

-No pasa nada, Kyouya. - La abrió y encontró los medicamentos.

-¿Para qué son todas estas cosas? - Sacó los tarros de medicamentos uno por uno. Vi sus ojos tornarse oscuros, supongo que al leer el nombre de uno. - ¿Haloperidol? ¿Tú necesitas esto?

-¡No! ¡Son de Haruhi!

-¿Para qué las tienes tú entonces? Sabes que no me gusta que me mientas. - Desvié la mirada y miré el parabrisas, mis manos temblaban, de nuevo estaba haciéndolo perder la paciencia.

Desastres CaóticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora