5: Potential

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POTENTIAL

Luego de vagar por el colegio por lo que sentí fueron horas, finalmente, encontré la clase de Literatura Inglesa. Recogí todo el coraje que tenía y entré a la clase, grave error.

Al igual que en los pasillos habían chicas con sus grupos de amigas, todas juntas pero separadas al mismo tiempo. De repente sentí una gran cantidad de presión, no conocía a nadie, y con sólo verlas sabía que tampoco encajaba en ningún grupo. Este será un año interesante sin duda alguna...

Caminé lentamente volviéndome el centro de atención de todas y cada una de ellas, y obviamente de sus conversaciones también. Me encogí de hombros instintivamente y tomé asiento en la parte trasera de la clase.

Miré a mis costados en busca de alguna chica que estuviese sola, pero al parecer yo era la única sin una compañera de asiento. Suspiré y bajé la mirada a mis manos. ¿Cómo es esto posible? ¿De ser la más popular a no tener siquiera una compañera de asiento?

En cuestión de segundos conseguí estresarme por las cosas más pequeñas como, ¿Con quién me sentaré en el almuerzo? ¿Cómo encontraré mis otras clases? ¿Sería una mejor idea no comer y esconderme en el baño hasta que la hora del almuerzo termine?

—Era de esperarse —dijo una voz conocida.

Desperté de mi pequeño trance y observé a la chica que tomó asiento a mi lado. Sonreí al ver que era la pelirroja.

—Finalmente un rostro conocido —solté con alivio.

Levantó una ceja en forma de burla y despeinó su cabello ignorándome.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunté intentando hacer conversación desesperadamente.

—Bridget —dijo de mala gana. Obviamente no quería entablar una conversación conmigo, pero como dije antes... estaba desesperada.

—¿No me vas a preguntar mi nombre? —pregunté fingiendo estar ofendida, con la tonta esperanza de que eso le haría reír.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó rodando los ojos. Mala jugada Caitlin...

—Que te importa —contesté molesta. ¿De qué me sirve intentar cuando es obvio que ella no dará de su parte?

Y para mi sorpresa mi respuesta le hizo reír. 

—Tienes potencial —sonrió de costado— ¿Me repites tu nombre?

—Caitlin —comenté prestando atención a mis uñas.

Al parecer la única manera de llamar su atención era en no estar interesada en absoluto.

—Caitlin... —repitió pensativa y luego sonrió como si se hubiera acordado de algo.

Un señor alrededor de los ochenta años de edad entró a la clase sonriente y logró callar a todas las estudiantes en cuestión de segundos, supongo que es el profesor. No pude evitar reír mentalmente, ¿Un profesor de ochenta años? Apuesto a que no podrá siquiera mantenerse despierto durante la clase.

Y cuando el viejo abrió la boca para hablar yo me quedé completamente muda. Su voz era tan potente que con sólo decir buenos días me dio escalofríos e instintivamente me senté con la espalda erguida.

<< Las apariencias engañan.>>

Ni que lo digas conciencia.

<< Bueno, en tu caso no.>>

Aprendiendo a olvidarte {Jugando a quererte #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora