8: Damage

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DAMAGE

Luego de hacerle jurar por su vida a Brandon de que mis secretos estaban a salvo con él, salí corriendo de su casa y llamé a Drake para que me buscara. Ya era demasiado tarde, son las 7 AM y entro al colegio en una hora. ¡Joder!

Primer tono...

¿Por qué mierda hacen una fiesta un jueves?

Segundo tono...

¿Cuál será mi excusa por estar en la casa de Brandon?

Tercer tono...

—¡Hola! —dijo una voz femenina.

Fruncí el ceño y revisé si había llamado al número correcto. Y sí, era el teléfono de Drake.

—¿Bridget? —pregunté confundida.

—La mismísima Bridget —contestó con felicidad.

¿Qué carajos?

—¿Puedo hablar con Drake?

—Está tomando una ducha.

—Oh okay, díle que me llame después —dije antes de cortar la llamada.

¿Qué fue eso? ¿Será que Bridget y Drake...? Como sea, ahora no me queda de otra que pedir a Brandon por un aventón.

Fui a su cuarto y lo encontré vestido con el uniforme del colegio y tocando la guitarra eléctrica como todo un profesional.

—¡Brandon! —grité sobre la música.

No me escuchaba entonces me acerqué y desconecté su amplificador.

—¿Qué mierda? —gruñó y se dio la vuelta. —Oh —dijo al verme.

—Necesito que me lleves a casa —demandé.

Soltó una risita.

—¿Me estás pidiendo un favor? —levantó una ceja— ¿La rompecorazones de Caitlin me está pidiendo un favor? Debe ser mi día de suerte.

Se estaba burlando de mí, estaba usando mis secretos para su ventaja.

—Olvídalo —escupí y salí de su habitación.

—¡Estaba bromeando! —gritó y corrió hasta donde yo me encontraba.

—Vamos antes de que cambie de opinión —comentó antes de salir de su casa.

Subí a su Jeep Wrangler y nos dirigimos a la casa de los Dickson. Brandon intentaba de hacer conversación pero mi mente estaba rondando por otro lugar, Ethan. La simple mención de su nombre me afectó bastante, es más, ya no puedo sacarlo de mi cabeza.

Busqué el número de Ethan en mi celular y empecé a escribir un mensaje de texto.

—Yo no lo haría si fuera tú —susurró Brandon mientras parqueaba el auto.

—¿Por qué no? —pregunté sintiendo como los latidos de mi corazón aceleraban.

—El propósito de Ethan fue de lastimarte, si le escribes como toda una desesperada lo único que harás es confirmarle de que consiguió lo que quería —dijo como si nada.

Borré el mensaje de texto y suspiré. Brandon tenía razón, apuesto a que es un experto en romper corazones como yo, y como Ethan. Tal vez formemos una banda algún día.

—Supongo que tienes razón —contesté antes de bajar del auto.

—Pero claro que tengo razón —sonrió coqueto y aceleró el motor desapareciendo de mi vista en cuestión de segundos.

Aprendiendo a olvidarte {Jugando a quererte #2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora