Aprendiendo a olvidarte {Jugando a quererte #2}

11: Regrets

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REGRETS

No sé si fue culpa del alcohol o de que me estaba sintiendo extremadamente vulnerable y necesitaba de alguien, pero lo que sí sé es que no quería estar sola esta noche. Así que con un movimiento rápido presioné mis labios contra los de Brandon. Al principio se sorprendió y quedó inmóvil, pero luego de unos segundos me agarró del mentón y movió sus labios con desesperación.

Brandon sabía a cerveza y cigarrillos, ¿o tal vez era yo?

Deslicé mis manos por su cabello y él por mis cintura, acercándome más a él. Y por un momento todo estaba bien, mi corazón no estaba roto, no me sentía sola ni culpable, por un momento todo era perfecto. Brandon sabía lo que hacía, corrijo, Brandon era un experto. En un abrir y cerrar de ojos rompió el beso y comenzó a besar mi cuello y dejar chupones. Yo solté un suspiro y me dejé llevar por sus encantos, pero cuando intentó sacarme el vestido volví a la realidad y lo aparté.

—Lo siento —susurró.

—No te preocupes —le dediqué una pequeña sonrisa.

Me sentía tan perdida en ese momento y Brandon era el único que lograba distraerme de lo ocurrido con Ethan. ¿Por qué no puedo ser amada? ¡Es todo lo que quiero!

—Brandon...

—¿Sí?

—¿Por qué eres tan bueno conmigo?

—¿A qué te refieres? —preguntó con el ceño fruncido.

Bajé la mirada avergonzada, no quería arruinar lo que teníamos pero necesitaba saber de sus intenciones. Necesitaba prepararme para lo peor, no quería que mi mala suerte se repitiera.

—¿Yo... te importo? —lo miré directamente a los ojos.

—Sí, supongo... —desvió la mirada.

Me acerqué un poco, no sé ni por qué.

—¿Qué ocultas? ¿Por qué eres un rompecorazones cuando es obvio que tienes un corazón frágil?

Se separó de mí bruscamente.

—Caitlin, estás borracha.

—No quieras cambiar de tema —canté y le dediqué una sonrisa coqueta.

—No estoy cambiando de tema.

—Dime Brandon, dime la verdad.

—¡No hay nada que decir mierda! —gritó.

Pero yo no paré, necesitaba saber la verdad.

—Oh vamos Brandon, si tanto te importo me dirás la verdad.

—¿Quién dijo que me importas?

—Tú lo dijiste, tonto —reí.

—¿Y cómo estás tan segura de que no estoy jugando contigo?

Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría y me quedé sin habla por unos minutos. ¿Cómo pudo decir eso? Después de verme llorar a mares por lo que Ethan me hizo...

Me levanté y caminé lejos de él, la cabeza me daba vueltas y el corazón me dolía... dolía mucho. Ya aprendí mi jodida lección karma, no hace falta que todas las personas en mi vida jueguen conmigo. Ya perdí el juego más de una vez, ¿cuántas veces me harás pasar por lo mismo con el fin de darme la misma lección? ¡Ya aprendí mierda!

—¡Caitlin! —gritó antes de correr hasta donde estaba.

—Perdón, no sé por qué dije eso...