Capítulo 6.

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El profesor Harry no dejaba de hablar. Muchas personas tomaban notas y algunas simplemente lo admiraban, entre ese grupo estaba Chloe. No despegaba su mirada de él y de vez en cuanto se podía ver como él le lanzaba sonrisas.

Algo que asqueaba a Fergie. La presencia de Harry le asqueaba, que Chloe lo amaba con su alma también.

Pero lo que más le asqueaba era el olor a perro mojado que tenía Harry. Y eso sólo significaba una cosa.

– Bien, clase. Esto es todo por hoy, los veo la otra semana. Feliz fin de semana, no olviden de hacer la tarea –fue lo que dijo el profesor apenas el timbre sonó. Se volteó al pizarron y empezó a borrar todo, paciente y a la espera que todos sus alumnos salieran.

Todos empezaron a salir del salón a la carrera, ya que era la ultima clase del día.

– ¿Vamos por una malteada? –pregunta Will a Chloe y Fergie. La castaña asiente con una sonrisa mientras se guinda su mochila.

– Claro, en un segundo los alcanzo –dice la rubia viendo al profesor fijamente.

Ambos castaños se encogen de hombros y salen del salón, empezando a caminar a la salida mientras mantienen una pequeña conversación.

– Creí haber dicho que podían retirarse, señorita Gill –sus palabras fueron algo brusca, no le gustaba estar a solas con la rubia.

– Tengo una pregunta –se acerca a él lentamente, olfateandolo disimuladamente.

– Sí es respecto a la clase, la podrá hacer la otra semana –la risa que soltó Fergie le hizo dar varios pasos hacia atrás. Era una risa sin gracia. Una sarcástica, y viniendo de la rubia, daba algo de miedo.

– Me preguntaba hasta cuando iba ocultarse, profesor.

– No sé de que ha... –lo interrumpe la chica.

– ¡No te hagas el tonto! –gruñe acercándose más a él–. Sé muy bien lo que eres, y no voy a dejar que te le acerques a Chloe... Al menos que le digas, claro –sonríe de lado.

– Sí sabes lo que soy, entonces deberías tenerme miedo –al parecer ya se le había quitado el temor hacia aquella chica.

– ¡Ja! ¿Miedo? ¿De ti? –esta vez empieza a reír como si su vida dependiera de ello– No le tuve miedo al coco –empieza hablar cuando sesa su risa–. ¿Le voy a temer a un simple perro? ¿A un sabueso que lo único que hace es rascarse el rabo contra el piso? –alza una ceja burlona.

– Yo no me razco el trasero –murmura algo ofendido.

– Claro, como digas –pone los ojos en blanco y empieza a caminar a la puerta para salir– Espero que tomes en cuenta mi amenaza, Harry –se detiene en el marco y se voltea a él– Mis colmilllos están hansiosos de probar sangre de lobo –sonríe dejando ver sus colmillos vampirícos.

Ambos castaños esperaban que la rubia saliera. Les causaba algo de intriga que ella se quedara con el profesor, pues bien sabían que ella odiaba a Harry.

– ¿Qué crees que estén haciendo? –pregunta Chloe mirando a la entrada del instituto.

– Te aseguro que no están besandose –le responde Will viendo su móvil.

– ¿Sabes algo? Ella dijo que vayamos sin ella, así que.... -una voz la interrumpe.

- Yo nunca dije eso, Chloe -llega a rubia conteneando sus caderas cómo siempre hacía-. Aunque ahora que lo dices, no tengo ganas de una malteada. Vayan ustedes -sonríe de lado-, tengo algo que hacer.

- ¿Tienes algo que hacer o no tienes ganas de una malteada? -cuestiona Will alzando su ceja, dudando de lo que iba hacer su hermana.

- ¿Desde cúando detallas lo que digo, Will?

- Desde que eres una vampira.

- ¿Hola? Sigo aquí -la castaña alza su mano para recordarles que aun estaba presente.

- Como sea -murmura Fergie, despeinandose el cabello-, te paso un mensaje si te necesito -le lanza un beso a su amiga para luego caminar a su carro.

La verdad era que había quedado con un chico, tenía una especie de cita. Aunque a ella no le gustaba llamarlo así, es más como un simple revolcón de media noche, aunque apenas el sol se esté poniendo. Para ella, el sexo no tenía hora, si ella quería lo haría las 24/7.

- Bien, ¿nos vamos, Madam? -extiende su brazo a la pequeña castaña a su lado.

La chica mira su brazo para luego alzar su barbilla con orgullo y encaminarse al auto del chico.

– Mujeres –murmura Will mirando al cielo.

DeanwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora