Capítulo 1.

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El primer día de clases.

Todos en su primer día están emocionados y nerviosos. Se levantan temprano para ser los primeros en llegar y hacer amigos (algunos para reencontrarse con sus amigos) Sonrisas por todos lados. Muchos abrazos fuertes y besos en la mejilla. Palabras como: "te extrañé", "¡Cambiaste de look!", "¡Te tengo que contar muchas cosas!", "¿Que hiciste?", "¡Estuve esperando un mensaje tuyo todo el verano!".

Todos estaban absolutamente felices, excepto alguien.

— ¡No puedo creer que no vengas el primer día de clases! —la chica caminaba a grandes zancadas a su casillero. Su móvil lo agarraba con fuerza contra su oreja. Se le notaba su mal humor, y todos tenían miedo de acercarse. Por eso cuando ella se acercaba, muchos salían caminando rápido (casi corriendo) para no contagiarse de su mal humor.

— ¡Lo siento! —habló la voz de otra chica por el teléfono —, pero no conseguí vuelo hasta hoy en la noche.

— Cómo sea, Fergie —masculló antes de colgar; abrió su casillero y lanzó con furia su mochila adentro.

— Que agresiva —un chico castaño con ojos marrones apareció en el campo visual de la chica al ésta cerrar el casillero.

— Rayos —se llevó una mano al pecho— ¡Me has dado un susto de muerte, idiota!

— Ni que hubieras visto tu reflejo —rodó los ojos con una sonrisa en los labios—, sólo fue el galán de tu mejor amigo al que viste —le guiñó un ojo.

— ¿Galán? —alzó una ceja— Yo sólo veo a un imbécil que olvidó escribirle a su mejor amiga en todo el verano —se cruzó de brazos.  El castaño se pasó su mano por el cabello, sacudiéndose nerviosamente.

— Yo.. Chloe —tartamudeó —, lo siento.

— No tienes que sentir nada —alzó la mirada, conectándola con la de él—, capaz no tuviste tiempo de escribirme o llamarme —se encogió de hombros. Siente su móvil vibrar, lo sacó de su bolsillo, vio quien la llamaba y se lo volvió a guardar.

— ¿Estás molesta con Fergie? —cuestionó el castaño al ver quién la llamaba, mientras se dirigían al salón que le tocaba a esa hora.

— ¿Molesta? No. ¿Furiosa? Sí —llegan al salón, se sientan en el mismo puesto de siempre. Ella al frente y él atrás de ella. El puesto al lado de Chloe estaba vacío, claro su dueña no iba a venir hasta mañana.

— No puedes durar mucho tiempo sin hablar con ella —terminó de hablar, y su móvil empieza a sonar. Lo saca y contesta — ¿Hola?

— Pasame a Chloe —la voz dura de Fergie se hizo oír.

— Ella realmente no quiere hablar contigo —mira a Chloe—, está furiosa.

— ¡Me importa un comino, Will! ¡Pasamela! —demandó.

El castaño bufó y le extiende el móvil a Chloe.

— No quiero hablar ahora, Fergie. Adiós —y le colgó. Le devolvió el móvil a Will.

Esté lo recibió aturdido. Nunca había visto que le hablara así a Fergie. Realmente no entendía por qué tanto drama, pero viniendo de ella... No se sorprendería que fuera por una tontería.

Pero no era así. Para Chloe, el primer día de clase era muy importante. Ambas tenían una promesa de no faltar nunca el primer día. Aunque llueva, truene y relampaguee.

Pero al parecer a Fergie se le olvidó esa promesa.

— Buenos días, clase —el profesor que le tocaba entró y dejó su maletín en el escritorio. Pasó su mirada por todo el salón, quedándose un momento el sitio vacío al lado de Chloe — Soy Robert Solomon, para los que no me conocen, y seré su profesor de Geometría.

DeanwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora