Parte 3

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Leila y yo nos levantamos de la banca y salimos de la escuela cuando ya no había casi nadie y todo estaba vacío. Caminamos hasta 4  cuadras de la escuela ya que como ella le temía a los vehículos no se podía si quiera subir a un transporte público(aunque estaba seguro que alguien como ella jamás se subiría a uno). Caminar toda esa distancia me cansó aunque me encantó mucho platicar con ella y para ser sinceros nos reímos mucho de las anécdotas que ella contaba sobre la escuela. Luego tomamos caminos separados, ella tomó a la izquierda para caminar a su casa y yo me quedé en una parada a esperar un bus para llegar al centro de la ciudad e ir a mi casa. 

Llegué a mi casa a eso de las 18:00 horas, ya todo estaba oscuro y a penas abrí la puerta vi a mi madre caminando de un lado a otro con una escoba en la mano. Al escuchar la puerta me miró.

——Por Dios Will ¿Dónde estabas? Mira la hora. Pensé que algo te había pasado——reprimió ella nuevamente con ese fuerte acento escoces que a veces se me hacia difícil entenderle. Solía marcarlo mas cuando estaba emocionada por alguna cosa sobre todo cuando nos regañaba por algo y llegaba un momento que en vez de hablar inglés parecía que hablara algún tipo de "gibberish"  o un dialecto desconocido. Y hay de mi si osaba a preguntarle que había dicho porque empezaba a gritar mas fuerte. Le molestaba cuando alguien no le entendía su acento. 

——Perdón mamá——respondí yo mientras cerraba la puerta——Me quedé hablando con una amiga y caminamos mucho——suspiré hondo y me senté en el sofá.

——Me hubieras llamado pero bueno ya estas aquí que es lo importante——replicó calmándose——Y dime ¿amiga? Me alegra que estes conociendo mas gente——añadió.

——Se llama Leila y bueno la conocí hoy——respondí con voz tenue.

——¿Ves? Tus compañeros no son tan malos como creías——dijo——Anda ve a la cocina, la cena está servida allá.——No le respondí mas nada a mi madre, me levanté del sillón y me dirigí a la cocina. Tomé el plato de comida que estaba en el mostrador y me lo llevé al cuarto. Subí las escaleras que cada día que pasaba rechinaban aún mas, es un milagro que aún no se hayan derrumbado. Llegué a mi cuarto y me puse  a comer en mi cama cuando escuché mi celular vibrar. Lo tomé y lo abrí para ver los mensajes y vi que un número desconocido me escribía.

Numero desconocido: Hola ¿Ya te encuentras mejor?

Will:  Disculpe... ¿Podría decirme quien me habla?

Numero desconocido: No sabes ¿quien soy? Te regalé un libro y ademas de que hoy te salvé en la mañana.

Suspiré hondo y de una vez me di cuenta de quien se trataba. Al fijarme en la foto de su perfil allí estaba un rubio de ojos verdes mirando hacia la cámara como si me estuviera mirando a mi directamente. Me sonrojé al darme cuenta que se trataba de él. Pero no quise demostrarle eso.

Will: ¿Cómo conseguiste mi numero?

David: Me lo dio un pajarito. 

Will: ¿Acaso consigues el número de la gente así por así? Eres un psicópata.

David: No seas grosero Scott ¿Ahora vas a llorar por eso?

Will: No estoy llorando, yo nunca lloro.

David: Pues hoy estabas llorando.

En ese momento me molesté y dejé el teléfono aún lado y me arropé con la manta y me viré hacia la pared ignorando el sonido del celular. En ese instante comencé a sentirme un poco mal por ignorarle y tratarle de esa manera y un extraño frío comenzó a recorrer mi cuerpo pese a estar arropado con la manta, en un principio pensé que nos habían cortado la calefacción pero recordé que si teníamos, revisé la temperatura y estábamos a 5 grados, no estaba tan frío comparado a otros meses de invierno, además yo no era friolento para ponerme así por una simple corriente fría. Luego recordé que podía ser por David y me dio tentación revisar el movil para ver que me había escrito pero me retuve de hacerlo y me mantuve apegado a la manta. 

Casi Prohibido(gay/yaoi)(EN REVISIÒN Y EDICIÒN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora