Destrúyeme.

Dante.

Karen Fray, recién ingresada a la preparatoria, mediana, guapa, es una buena chica. 

Me llamo Dante tengo 17 años último cursó de preparatoria, comprando un café la vi por primera vez, quiero decir ella tiene su pelo castaño, largo para ser preciso, sus labios son exquisitamente perfectos, y su cuerpo, es literalmente perfecto, sus ojos, eran color gris. 

Prácticamente sabía todo de ella, apenas había pasado tres días en el colegio y ya tenía todo investigado sobre ella. 

Es una muchacha aún, pero se que será la última persona a la que pueda amar realmente.

Termine de comprar mi café, y me senté en un banquillo y me pude a observarla siendo precavido, mediante el reflejo de mi celular. 

Fue relativamente satisfactorio, ella no dejaba de verme durante los últimos 20 segundos, fue magnífico, y yo, bueno yo pensaba las mejores 100 maneras de llevarla a mi sillón. Pensé en darle un jugada, enamorarla. Conversar.

Voltee, se volteó y fingió llamar a alguien, en lo que ella estaba ocupada me levanté y me fui detrás de ella. Volteo a el lugar donde me encontraba y se sorprendió, empezó a buscarme y me encontró detrás de ella y dijo 

-Hola, ¿Se te perdió algo?

Estaba mueriendome de la risa dentro de mi, ¿acaso me creía idiota? Le respondí

-Tu mirada. -La invite a tomar un café. 

Se lavando toda apenada, se veía en las mejillas. 

Era muy bonita cuando se apenaba, parecía una maravilla, me encantaba. 

Todo el camino, no dijo nada. Sólo me miraba. Era muy muy bonita, cuando tomamos el café, comencé a hacerle burla sobre como me observaba, y comenzó a reírse. Se le hicieron sus hoyuelos, eran perfectos. Su sonrisa era bellísima. 

Al final todo salió bien, quedamos de vernos mañana, a la misma hora. 

Fue un fantástico día. No puedo esperar el día en el que pueda besarla.