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Los ronquidos de Tyler me sacaron del profundo sueño.
Miré el reloj que tenía a mi lado, y eran las 11, maldita sea, a las 12 habia quedado con Phil.
Me levanté de golpe de la cama, la hice corriendo y me metí en la ducha.
Cuando me quise dar cuenta, ya estaba duchado y arreglado, mientras esperaba a que Phil llamara a la puerta.
-Vas hecho un pincel- dijo Tyler, el cual estaba en pijama, tirado en el sillon, despeinado y viento la television- te gusta Phil eh...
-Por el amor de Dios, no empecemos

Knock, knock

Al fin, era Phil.
Sali corriendo a la puerta, y abrí.
Ahí estaba el, sonriendo, como siempre.
-¿Nos vamos? -Pregunto
-Si, por favor, no soporto a mi compañero, es una verdadera pesadilla- Phil soltó una risotada y asintió.

Era un día frio, y el pobre Phil tenia la nariz super roja, me quité la bufanda, y se la dejé. El me respondió con una sonrisa, y se la puso entorno al cuello.

Durante un largo camino, fuimos hablando sobre muchos temas sin interés, aunque resultó que los dos teniamos muchas cosas en común, como, por ejemplo, que a los dos nos gustaba Muse, nos gustaban los videojuegos, que teniamos una pequeña obsesion con el estudio Ghibli, los dos queriamos viajar a Japón, y le encantaba Pokémon, como a mi.

Sin darnos cuenta, llevabamos dos horas hablando, entonces, el estomago de Phil hizo el ruido mas feroz que habia escuchado en mi vida.
-El león de mi estomago necesita ser alimentado
-¿León?- Pregunté
-Si, León - abrió la boca e hizo el sonido menos precido a un leon del mundo, y no pude evitar reirme a carcajadas
-Oye, no te rias, para mi los Leones hacen ese ruido- Y frunció el ceño
-Seguro Phil, seguro

Entramos en un restaurante aleatorio, que creo que era el favorito de Phil.

Nos sentaron al lado de un gran cristal, y por inercia, dibujé una carita triste sobre el bao. Phil me miró unos segundos, con el ceño fruncido, mientras negaba con la cabeza y volvia a sonreir:

-Alguien tan adorable no puede estar tan triste, Dan, no dibujes cosas tristes, por favor.- no pude evitar sonreir, nunca nadie jamás me habia dicho algo tan bonito.

Pedimos dos hamburguesas, y empezamos a comer como animales.

Cuando terminamos de comer, nos acercamos a un parquecito que estaba cerca del restaurante.

Phil me agarró de la mano, y sonrió dulcemente:

-Ven, sigueme, te voy a enseñar mi pequeño escondite- Entramos entre unos matorrales, y llegamos a un claro de cesped, rodeado de arbustos, en el que habia sitio suficiente para dos personas.

Nos tumbamos los dos en el cesped, no pegados, pero si cerca, mirando las nubes.

La curiosidad me carcomia, y decidí preguntar.

-Phil, ¿Cómo haces para estar siempre tan feliz?

-No soy feliz siempre, pero intento encontrar las cosas buenas de la vida, busco las cosas que me hacen feliz, y asi puedo sonreir.

-Oh vaya....

-¿Y tu? ¿Como puedes estar tan triste siempre?

-No es que este siempre triste... es solo... que no tengo realmente motivos para sonreir...- Despues de contestar, Phil se quedó pensando unos segundos, y giró su cabeza para poder mirarme, yo hice lo mismo, gire con cuidado mi cabeza, y los dos nos quedamos mirando durante un rato largo, antes de que el articulara palabra alguna.

-Te prometo, que desde hoy, encontraras un motivo para sonreir.

Lo que yo no sabia es que ya habia encontrado mi motivo antes.

Y ese motivo tenia nombre y apellidos.

"SMILE" |Phan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora