''Moebius'' [Rubelangel]

Capitulo 2

''infeliz''

Me parecía raro que Miguel me haya seguido, ya que no le importaba a nadie, al parecer a él si.

Luego de que se fue, me quedé mirando el móvil fijamente, no tenía ningún mensaje.

''como lo iba a tener si no tienes amigos, gilipollas''

Hasta yo me daba la razón algunas veces, pero estaba en lo correcto.

Me levanté y me fui a mi casa, el único refugio que tenía para no ser agredido y no ser molestado, incluido el director, el sabía de mi problema, pero aunque me trataba de ayudar, no podía. Nadie podía.

Saqué de mi mochila las llaves, las puse en la cerradura y entré en silencio para que mi madre no se enterara que nuevamente me ''escapé'' de la escuela. Ella se preocupaba por mi, pero no me importaba. Nada me importaba, como siempre.

Cerré la puerta en silencio, y caminé hasta mi cuarto, cuando una mano me detiene el paso a entrar a mi habitación.

Era mi madre.

-¿Qué haces aquí Rubén?-Preguntó alterada.

-Na-da. Mamá.-Dije en seco.

-¿Te escapaste de nuevo, Rubén?-Ví las finas lágrimas que estaban en sus pestañas, estaba mal por mi.

-No me llames así.-Le reproché.

-Es tu nombre. Dime que sucedió, por favor.

-Suéltame mamá, déjame, estoy muy cansado.-Le mentí.

-Por qué no me dices la verdad, cariño.-Soltó mi mano y la posó en mi mejilla.

-Mamá...Hablaremos después.-Me sentía mal por ella, pero yo me sentía peor.

-Está bien.-Soltó una sonrisa pequeña.

Me enojé y cerré la puerta. Era sensible viendo a las demás personas sonreír. Incluso con mi madre.

Lo único que veía era negro en mi interior y exterior. Me odiaba, odiaba todo de mi.

Tiré la mochila en la cama y me miré al espejo, era un asco.

''Mírate Rubén, tú no eras así...''

-Cállate.-Dije susurrando a la nada.

''¿Estoy mintiendo acaso?''

-¡Dije que te callaras, estúpido!-Mi mano rompió contra el cristal, sentí una sensación de alivio con dolor, algunos vidrios habían caído en mis muñecas, por eso sentía placer.

''Buena idea Rubén, Just Do It.''

Decía esa frase todo el tiempo. ''Sólo hazlo''.

Me levanté, y saqué el cuter de mi cajón, lo desarmé y apoyé el fino filo en mi muñeca. No sentí dolor alguno, porque era menor al dolor que sentía dentro. En mi corazón, tenía un agujero gigante, que no se cerraría nunca más.

Comencé a llorar, no aguantaba más.

''Ya Rubén, se hombre de una vez y deja de llorar.''

-No puedo, tu no entiendes, es eso.-Otra vez hablándole a la nada.

''Tu ayuda está en camino Rubén, no te preocupes.''

Esa voz, a veces era buena, a veces era mala. Nunca sabía si creerle o no, pero esta vez, decidí hacerle caso, y sólo dormir hasta el otro día de mierda que seguro tendré mañana.

Ya tenía una cortada, quien sabe cuantas más me esperaban.

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