La herida mortal que atentó con la vida de la chica, para ese entonces se disminuyó a simples pequeñas marcas rojizas en el hombro. El tónico de amargoso gusto le había hecho sudar la fiebre increíblemente rápido, cada que respiraba en tranquilidad, un inmenso olor a monte verde mojado, mezclado con otras especias de plantas, le inundaba los pulmones, Flowey estaba más que tranquilo, su compañera de viaje estaba revitalizada gracias a esa medicina.
Más tarde sus párpados se separaron con lentitud, su mirada se encontró con el techo de una umbría habitación desconocida; se extrañó en ese momento, ella recordaba su agonía en la sucia celda que la mantenía cautiva. Pequeños ronquidos dulces captaron su atención, la textura suave de esos pétalos dorados contactaban directamente con la piel desnuda de su abdomen, miró a la flor dormida en posición curvada, las pequeñas hojas de su tallo reaccionaban en movimientos irregulares por su sueño.
Parpadeó un par de veces antes de reaccionar precipitadamente, estaba desnuda de la cintura hacia arriba, alguien había removido su suéter negro durante su desaliento, no tuvo problemas en hallar al responsable. Y es que el abrigo invernal del esqueleto la envolvía con sutileza, evitando el contacto de su cuerpo con las sabanas comunes, intentó sentarse rodando a la pequeña flor sin éxito de despertarla.
- Flowey... - La chica, le acarició los pétalos.- Flowey, despierta. -
La flor se acurrucaba más, pintó una expresión agradable en su pequeño rostro, parecía feliz de recibir los mimos. La joven entonces optó por halarle un pétalo, los demás se erizaron de la corola.
- ¡Flowey! - Le llamó en voz alta.
- ¡Ay! ¿Qué? ¿Que pasó? Yo no fui... - Mascullaba, la adonis estaba más dormida que despierta, liberó un gran bostezo, volviendo a la realidad. - Uuuaahm...ñam ñam... Me quedé en coma... -
- Flowey... ¿Dónde estamos? -
No podía ocultar que sentía miedo, su imaginación le jugaba malos presentimientos, mostrándole una serie de imágenes atroces, ha pasado por tan malas experiencias, que simplemente teme a lo que le aguarda. Flowey se giró hacia ella al oír su voz. Sonrió ampliamente y se lanzó a su cuello, lugar donde acostumbró a ocultarse, refugiado bajo el cabello, tallaba su pequeña mejilla contra su amiga con emoción.
- ¡ _____ ! Que alegría, ya estás despierta. Sans tenía razón, esas medicinas son muy efectivas, te ves recuperada. -
¿Sans? Sabía que ese personaje la ayudaría, lo supo desde el momento en que no fue capaz de matarle como le aseguró, ¿Pero por qué? Con la mano en el hombro que una vez estuvo infectado, se empapó los dedos con esa pasta vegetal, ¿Fue él quién se tomó la dedicación de sanarla? Las lágrimas empañaban su visión, la chica se mordió el labio inferior y la flor se alarmó cuando una de las gotas saladas cayó sobre su cabeza, salpicando en sus hojas.
- ¿_____? ... ¿Que pasa? ¿No te sientes bien aún? - cuestionó la dorada, buscando de la mirada contraria.
Tal vez, por qué es la primera muestra de gentileza en mucho tiempo, la humana estaba tan conmovida, que sus lágrimas tomaron el control de si misma. La adonis le regaló unas pequeñas palmaditas reconfortantes, comprendió el por qué ese inminente llanto cuando su amiga se cubrió la espalda aferrándose al abrigo negro como si fuera un tesoro.
- Ya, ya, no llores. Yo tampoco podía creerlo... Ese tipo no es tan malo después de todo, pero le hace falta modales... Es realmente un idiota.- Musitó sin cesar las palmadas.
La joven fregó sus lágrimas rápidamente evitando que se le formase un grifo en la nariz, no sería bueno que por llorar se ganase una congestión nasal. Buscó su propio suéter hallándolo en el suelo, arrugado y de paso con marcas de pisadas en él. Sans se molestó en dejar una mancha de tierra con la forma de la zuela del zapato. Que más daba, la chica lo recuperó sacudiendo su prenda antes de ponérsela.
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Fallen in the abyss (UnderfellxReader)
FanficHas caído en el abismo, estuviste inconsciente alrededor de varias horas. No recuerdas tu nombre, estás adolorid@. Para tu suerte alguien acude a tu auxilio. Una flor dorada. Juntos emprenderán un viaje por el mismo infierno, la prisión de abominabl...