Para cuando voy bajando los peldaños de las escaleras intento quitarme el sueño de los ojos restregando las manos en ella noto algo diferente en el ambiente. Para cuando estoy un poco más despejado, veo que no estoy ni siquiera en casa. Espera. ¿Es posible que...? No, claro que no lo es. Yo no soy de ese tipo de chicos que pasan la noche en casa de una chica que apenas conoce de unas horas y sinceramente, no creo que ella sea tampoco así. Mi corazón empieza a acelerarse al pensar en que podría haber sucedido. Pero... ayer ni siquiera tomé una gota de alcohol por raro que parezca siendo días festivos pero, al menos que yo lo recuerde, no bebí. Desde el rabillo de mi ojo veo marcos de fotos colgados de la pared y espero que eso ayude a estabilizar un poco más mi situación. Al reconocer esas fotos, a ver a Jason en ellas, suspiro con alivio pero al mismo, siento un dolor agudo. Me toco el labio con delicadeza, dando toques con mi dedo anular y veo que tengo el labio roto y al seguir rastreando por mi cara mientras busco un espejo veo a mi ojo izquierdo magullado. No... no entendo nada. Puedo incluso decir que estoy más confuso que antes, al pensar que había pasado la noche con prácticamente una desconocida. Necesito explicaciones.
— ¡JASON! ¡JASON! ¿DÓNDE COJONES ESTÁS? — repito una y otra vez mientras corro por toda la casa hasta que le encuentro tumbado plácidamente en el sofá sin inmutarse.
— Buenos días grandullón — me dice mientras va cambiando el canal hasta encontrar uno de su agrado.
— ¿TENGO LA CARA COMO SI ME HUBIERAN APALEADO Y SIMPLEMENTE ME DICES BUENOS DÍAS? — le grito no puedo contener la rabia causada por la duda.
— Veo que te has dado cuenta incluso antes de lo que tenía previsto.
— ¿Esperabas que me diera cuenta cuando...? — le pregunto abiertamente una vez más relajado.
— Cuando te explicara lo sucedido. Sabía que me preguntarías que pasó anoche porque dudo que te acuerdes debido a los calmantes que te di.
— Espera, ¿me medicastes? ¿ERES IMBÉCIL?
— Woah, si esperas que te vaya a aclarar tu mente lo estás poniendo difícil.
Tenía razón. Y como decía mi madre; quien calla, otorga, así que decidí callarme y asentir para dar a entender que estaba dispuesto a escucharle sin establecer palabra. Me senté resguardando mis manos en el bolsillo delantero de la sudadera que debió prestarme ayer Jason.
— Por lo visto, después de que yo me fuera, tú hiciste lo mismo. ¿Me equivoco?
Le niego con la cabeza para darle la razón y que siga hablando.
— Aún así, creo que volviste pronto considerando que raramente pisas tu casa antes de las cinco de la mañana pero no tengo ni idea de la hora exacta. Cuando llegaste a casa, Yaser estaba furioso, he supuesto que la fiesta fue la gota que colmó el vaso aunque también pensaba que estaba acostumbrado a esa actitud. Aunque era una furia diferente, tenía los ojos inyectados en sangre y tenía la vena del cuello resaltada. Empezásteis a discutir pero tú querías irte a tu habitación, sin más, pero eso solo hizo que se molestara más y los gritos augmentaron. Ni siquiera estábais gritando dentro de casa, estábais en el jardín y los vecinos se percataron de lo que pasaba y husmeaban desde las ventanas. Ya ni siquiera tendíais a razones, los chillidos estaban al mando de la discusión. Y... y entonces...
— Entonces me pegó.
Jason se quedó estupefacto. Yo me quedé mirando al suelo, pensativo. A medida que Jason iba refrescándome la memoria, yo iba recapitulando todo lo que había sucedido la noche anterior. Pero solo he recordado eso. Recuerdo cuando su puño enfurecido se acercaba hacia mi cara causándome el ematoma de mi ojo y alguna que otra patada que debió partirme el labio. Y sirenas, sirenas de policia.
— Y después de eso... vino la policia. Algún vecino debió llamar al ver la situación.
Y tras decir esa última frase, traga saliva y me mira nerviosamente mientras yo sigo contemplando al suelo debido al shock.
— Yaser está arrestrado. Por agresión.
No sé como reaccionar. ¿Eso significa que a partir de ahora no estoy más bajo su tutela? No. Obviamente después de eso me esperan días de juzgado, una agresión física no puede ser ignorada y menos si es en una relación filial. No va a ser nada fácil.
— ¿Y cómo supiste de todo ésto? No logro recordar nada más.
— Cogieron tu teléfono mientras eras atendido por una ambulancia que la policía había solicitado y llamaron al primer contacto que había en la lista, érase yo y, agradezco el detalle — me dice en tono de broma, intentando que la tensión abandone de una vez la conversación — Te lleve a casa y estabas consternado, furioso porque dijiste que no te habías defendido lo suficiente por lo que supe que te iba a resultar difícil pasar la noche, así que, te eché unos cuantos calmantes en un vaso de agua y caíste redondo.
Sigo un poco aturtido aunque ahora ya sepa todo lo que pasó. No asimilo el suceso de anoche. Siempre había tenido una mala relación con Yaser pero nunca esperé llegar a semejante punto de odio; al punto en el que hay tanta rabia que ni las palabras pueden servir para expresarse, que ahora los puños significan más. Aparentar ser fuente cansa, pero no tenía ninguna otra opción.
— Yo... — le digo a Jason con un hilo de voz que se va desvaneciendo poco a poco — ¿Qué se supone que voy a hacer?
— Lo primero que vas a hacer es ir a tu casa, coger tus cosas y a mudarte conmigo durante unos días, hasta que el juicio llegue a su fin — me contesta mientras se levanta del sofá — Zayn, no quiero que estés solo. No vas a estarlo.
— ¿Y estar aquí molestando a tus padres? Te recuerdo que aún vives con ellos.
— ¿Crees que no se han enterado de todo lo que pasó anoche? Lo entienden perfectamente. Levántate y prepárate. Cojo las llaves y nos vamos enseguida — dice mientras se dirije al baño.
Siento que de nuevo voy a volver a ser una molestia y aunque con Yaser no me molestaba serlo, esta vez me siento mal por ello. Jason no tiene la culpa de esta situación.
Me alzo del sofá mientras me pongo bien el pantalón, que es el mismo de ayer para mi sorpresa. Pensaba que se habrían manchado de tierra o de pequeñas gotas de sangre y que Jason me había dejado otros pero ni siquiera me había fijado en ese detalle porque tampoco valía la pena que unos simples pantalones se hubieran llevado mi atención debido al momento. Me dirijo hacia el recibidor de la casa e intento acicalarme un poco para resultar un poco más presentable. Una vez acomodo mi pelo a mi gusto me apoyo en la pared y guardo las manos en mis bolsillos. Pero hay una pequeña molestia en mi bolsillo derecho y noto algo. Pensando que es una basura, la saco e intento saber que es exactamente antes de dar por hecho que no tiene importancia y tirarlo. Es un pequeño trozo de papel color azul cielo doblado cuidadosamente al que acabo por abrir. Es una secuencia de diferentes dígitos escritos de forma muy femenina y delicada. Tiene una pequeña frase anotada encima.
"Si quieres saber más de mí, recordarás mi nombre. Esperaré tu llamada, Zayn."