Reflejo.

Capítulo 4: "¿Qué es lo que quieres, Ryder? ¿Qué?"

Mis zapatos hacían replicar el piso mucho más fuerte que antes, estando segura que de un ángulo externo posiblemente parecía como si estuviera trotando. Un Nick bastante confundido y con el ceño fruncido me seguía a un metro de distancia.

-¿Qué es lo que sucede?

Al escuchar su pregunta automáticamente dejé de caminar volteándome hacia él, Nick casi termina sobre mí por el cambio tan brusco de dirección.
-¿Que qué es lo que me sucede? Espero que no estés hablando malditamente en serio, porque obviamente sabes qué es lo que me sucede -ladré, respiré hondo y seguí-. Desde que tengo memoria he ganado mi puesto aquí, estudiado aquí, ¿sabes cuánto trabajé para conseguir una misión? ¿Cuánto me esforcé para que me dejen salir y hacer algo importante? -achiqué los ojos y con mi dedo lo intentaba empujar.

No te quiebres el dedo, Ryder.
O si, puede servirte para no ir a la misión.

-No tienes ni una mínima idea de cuánto trabajé para ir a una misión, cuantas veces salí lastimada, y tú vienes y la consigues rápido. Espero que estés preparado para esto, porque serás mi compañero pero no arriesgaré todo mi trabajo solo para asegurarme que estas respirando allá, ¿entiendes?

Yo estaba respirando fuerte, claro que sí.

Él tenía su mandíbula tensa, ojos glaciares, y a pesar de ser un poco mas baja, era como estar frente a un espejo, segura que mis ojos podían reflejar perfectamente todo lo que sentía, tan parecido a lo que él en este momento debería de sentir después de haberme escuchado. Inhaló suavemente.
-Yo no elijo con quien iré a misiones. Recuerda que no soy nuevo en entrenamientos.

Y como si quisiera ponerle más peso al problema, repliqué:
-Eso no lo parecía la última vez.

Entrecerró los ojos y apretó aún más la mandíbula, y exhalando fuerte, dio media vuelta y caminó, desapareciendo de mi vista al poco tiempo.

Con el ceño fruncido me dirigí a la sala de entrenamiento.
-Me importa poco si me vaciaron de un montón de sangre, no me detendrás -dije después de abrir la puerta y encaminarme al lugar de los equipos, dirigiéndome al hombre que tenía la boca abierta y lista para detenerme.

Después de ponerme vendas y guantes, aplasté un botón del panel de la pared, que en reacción hizo que un compartimiento se abriera en el techo y de el saliera un saco de boxear, retrocedí, y con un grito casi de guerra lleno de coraje golpee lo más fuerte que pude, destruyendo la unión del saco y este cayendo al piso.
Siendo no suficiente para mí, me lancé sobre él y empecé a golpear el obviamente inerte saco.

Cuando estuve feliz de haberle dado una nueva forma al saco, y verdaderamente rendida por el esfuerzo y el haber sido pinchada y drenada como si no hubiera mañana, dejé la división hasta llegar al panel nuevamente, en donde ya con los guantes fuera, apreté una combinación para habilitar el cuarto de tiro.

-Es suficiente.
Alcé la mirada, tensa por la voz que de repente se había escuchado.

Y el incesante sonido del reloj empezó a escucharse, como si este reloj estuviera conectado directamente a mi cabeza.
-Buenas noches, 4379.

Tarareando por lo bajo la canción a punto de terminar, cerré la llave de agua y envolviéndome con una toalla salí de la ducha, dirigiéndome directamente a mi armario.
Moviendo la cabeza acorde a la melodía que estaba sonando, le eché un vistazo a mi ropa mientras cantaba.
-I was born of the womb of a poisonous spell, beaten and broken and chased from the lair, but I rise up above it, high up above it and see -me detuve, examinando un pantalón negro que lucía casual para una salida, apartándolo del resto y dejándolo sobre la cama, coreé-. Pray to your god, open your heart, whatever you do, be afraid of the dark, cover your eyes, the devil inside.
Empecé a solo tararear el resto mientras prestaba más atención a lo que estaba haciendo.
¿Qué clima hay hoy?
Como si importara, terminarás llevando una chaqueta.