Capítulo 2: Revisión, y otros males.

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Agáchate.
Sigue así, vamos, mueve tus pies Ryder.
Me repito mentalmente.
A veces en las situaciones en donde necesitamos concentrarnos, pensamos las cosas mas absurdas que se nos pueden ocurrir.
Como lo tonta que me he de ver, corriendo y agachandome en una habitación que parece infinita, en donde no hay absolutamente nada.

Es una simulación, genia.

Yo veo los obstáculos, las vallas, los sacos, maniquíes con blancos en los puntos mortales. Hasta el arma que llevo en las manos, que a pesar de sentirse tan real, no lo es.
Practico en simulaciones, sobretodo cuando quiero probarme en varios campos. Camuflaje, puntería, escape, resistencia y mas cosas.
Pero no quiere decir que solo lo hago en simulaciones, fuera de ellas tambien lo trabajo, pues estar acostumbrada a un rifle en una simulación, y no en la vida real es bastante inútil.
Algo se mueve a la derecha. Y yo me muevo hacia la izquierda, en donde unos tanques pueden ocultarme mientras busco un ángulo perfecto para derribar a sea quien sea la persona que esté alli.
Después de ser lo mas sigilosa que puedo, esta persona se dirige hacia donde yo estoy escondida. Y revisa lo que está frente a mí. Un montón de sacos.
Nunca le des la espalda a tu objetivo.
Al otro momento lo tengo inmovilizado, contra el suelo.
Sonrío.
—Luces fuera.
Inconsciente.
Su cuerpo desaparece, igual que todo en la habitación, además de que la iluminación cambia drásticamente y me ciega momentáneamente.
Maldigo.
Cuando mi vista se acopla, suspiro, y digo a la nada:
—Siguiente paisaje, entrenamiento de campo.
Seguro, 4379, en aproximadamente 30 minutos estará su petición, le pido que intente descansar en este lapso de tiempo.
Me quejé.
Mientras me dirigía a la puerta fui desconectando los neurotransmisores de mi cabeza, y los demás cables colgantes de mí.
Cuando crucé la puerta, encontré el cotidiano pasillo, y me dirigi a otra puerta: El panel de control.
Abrí esta puerta e inclinado sobre el panel había una persona desconocida.

Novato.

Carraspeé.
—¿Qué tienes para mi, Albert?
—Conseguí libre tu favorito en entrenamiento. Y uno que a elegirlo, sería estrenado.
Lo miré fijamente a esos insólitos ojos color sangre.
—Renovemos la rutina.
—Como gustes, Ryder.
De dirigí a la zona de la sala en donde habia bebidas energéticas y agua.
Después de alcanzar una botella de agua, miré al novato. Y pregunté:
—¿Quién es, Albert?
Albert me miró y enarcó una ceja.
—Transferido —Sus labios se estiraron en una media sonrisa—. Será algún raro compañero de juegos para ti, Ryder.
El recién llegado posó su mirada en mi y casi me sentí caer.
¿Sus ojos son como los mios?
Estaba acostumbrada a ver ojos extraños, podían ir de los ojos totalmente blancos, hasta de color amatista y yo ya no me sorprendía, pero ¿Diferente color en cada ojo?
El frunció el ceño cuando se dió cuenta de que me dirigia hacia él.
—Es como ver mis ojos en un espejo —mencioné, asombrada.
Me quedé admirando esos ojos tan parecidos a los mios, hasta que él vio hacia otro lado, incómodo.
—No has mencionado tu nombre.
—Nick ,4012, especialidad: escape.
Sonreí.
—4379, especialidad: infiltración. Ya escuchaste mi nombre.
Me aleje de él y dije, con una sonrisa irónica—. ¿Ya tuviste tu primera vez?
Y con un resultado no esperado, dijo:
—No, esperaba a mi rara compañera de juegos para hacerlo.
Una risa un tanto sarcástica brotó de mis labios.
—Albert —lo llamé, y el hizo un sonido que indicaba que estaba escuchando—. Cambia mi paisaje de simulación, y hazlo en pareja. Campo 32, combate, camuflaje, franco y básicamente captura la bandera.
—Sabes lo que hay que hacer, dame 40 minutos.
Miré fijamente los ojos de Nick, le sonreí de lado, y mencioné—. ¿Te enseñaron las instalaciones ya?

¿Qué haces Ryder? No no.

Mi sonrisa se deslizó un poco, y esperaba que no lo notara.
El simplemente negó y yo dije—. Que bien que tienes una generosa rara compañera de juegos. Vamos, andando.

Una risa casi descontrolada brotó de mis labios, e hizo eco en la presunta habitación.
Silencio, darás a conocer tu posición.
¿No lo notas? Esto es raro, estoy discutiendo conmigo, ya deberías saber lo que haré.
Claro que lo sé, pero necesito hacer esto mas interesante, conversando conmigo sabiendo totalmente todo lo que harás, estaría en un coma de aburrimiento.
Como mosca en la miel.
Sonreí fuerte.
Y mientras me escondía muy cerca de él, el ruido obviamente lo atrajo, y estaba inspeccionando desde arriba el lugar de donde supuso, venía el sonido. Astuto, pero no tanto.
Posiblemente tenía la sonrisa de un lobo a punto de atacar a su presa, y es que así lo era.
Disparé a su pierna, si, beneficios de la simulación. Dolería como tener 9 infiernos allí, pero no habría perforación alguna.
—¡Mierda! —dijo con los dientes apretados.
Reí un poco cuando noté que su pistola cayó por la sorpresa de ser disparado, empecé a escalar los contenedores, y como una loca total, empecé a canturrear.
—Uno, dos, tres, Ryder va por ti.
La bandera estaba en su espalda, así como la que él tenia que capturar, estaba en la mía.
Empezó a cogear fuera de mi alcance, pero era muy tarde, con una pequeña vuelta parecida al baile urbano, lo derribé de una patada y quedó algo tendido sobre los contenedores. Su respiración agitada debido al esfuerzo de caminar con el dolor de una pierna fracturada. Cuando estaba muy cerca de él, cosas pasaron demasiado rápido. Una navaja salió de su cinturón y su filo brillo contra la piel de mi muslo.
Siseé de dolor, pero ya estaba hecho, en un hábil movimiento quité la bandera de su espalda y me tiré sobre el, inmovilizandolo.
—Casi brillante. Casi.
La luz cegadora de la sala nos noqueó la vista.
Simulación terminada. Bienvenido 4012.
—Gracias —Dijo Nick, casi ahogadamente.
Seguía sobre él.
Me quité y le tendí la mano para ayudarlo a ponerse de pie.
—Las simulaciones son muy reales, te terminas acostumbrando, en una o dos horas el dolor disminuirá y desaparecerá antes de cumplir 12 horas, lo aseguro.
—Eso espero. ¿Cómo sabías qu...
—Experiencia, con el tiempo te das cuentas de conductas, todas ellas están conectadas por algo mas fuerte y llevan a casi las mismas reacciones pero en personas diferentes.
El hizo un extraño sonido con su boca, algo como un gemido ahogado.
—Vamos, feliz primera vez, 4012 —dije, despegandome todos los aparatos que nos habían colocado.
—Un placer, 4379.

Mis ojos se abrieron precipitadamente y grité, exclamando
—Mierda.
¿A quién, en su sano juicio, se le ocurre hacer una revisión a las 8 am de un sábado?
Tienes tres minutos Ryder, para ducharte, vestirte decente y arreglar este desastre que llamas casa.
Corrí por la escoba, y sentí ardor en mi pierna.
—¿Pero qué diabl...?
Revisión Ryder, revisión.
Troté, para no sufrir mas por ese rasguño en mi muslo.
Nota y discursito mental: comprate una puta aspiradora, tanto ahorras y ahorras y ahora no tienes una, estoy segura que si lo mencionas mientras la revisión, la tendrás en una o dos horas.
15 minutos después parecía haber ocurrido un milagro, todo estaba ordenado y limpio, y yo saliendo de la ducha, vistiendome con toda la tranquilidad posible.
Nunca habían llegado tarde.
Lo sé.
Como si de una invocación se tratara, la puerta empezó a ser golpeada, llamando mi atención.
Observé por la mirilla y vi a un hombre desconocido. De espalda a la puerta.
No quité la cadena, abrí la puerta y por la ranura que quedo, prácticamente ladré: —¿Quién eres?
Se dió la vuelta y dirigió una brillante sonrisa, diciendo—. Soy Nick, hola. Tu nuevo asesor.
Casi cierro la puerta en su lindo rostro porque...
—Oh Dios.
Sus ojos eran como los mios.

Reflejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora