DarkGirl in Troubles -James Sullivan-

5

Effy observó la fotografía guardada en la memoria de la cámara y sonrió instantáneamente. Durante toda la clase se les había asignado a fotografiar un jarrón con flores. Era algo bastante sencillo, y lo único que tenían que hacer era encontrar la manera de darle su toque a la foto y ella pensó que lo había logrado.
En realidad fue algo bastante inesperado. Había enfocado la cámara para captar la luz que entraba desde la ventana y cuando estaba a punto de tomar la foto Johnny se interpuso en su pequeño cuadro. Así que ahora la foto no solo enmarcaba las flores, sí no la sonrisa borrosa del chico.

- Ha quedado de maravilla, ¿A que sí? -Le sorprendió la voz del castaño detrás de ella.

Effy se giró antes de alzar la cama y mostrarle la foto, colocándosela casi en las narices.

- Mira tu sonrisa, tonto. -Le señaló con el dedo y retiró la cámara- ¿Por qué sonreías?
- Porque sabía que saldría en tu foto -Le respondió Johnny, sonriendo despreocupadamente- Fue todo intencional, linda.
Stefanie meneó la cabeza, moviendo su cabellera azul y le sonrió con complicidad a Johnny. Lo cierto es que en las horas que habían compartido, se habían entendido a la perfección. A ella le gustaba su personalidad, era libre, sencilla... Como un respiro de aire limpio después del humo de cigarro. La relajaba.
Guardó sus cosas en su pequeño bolso y salió del salón a paso lento después de despedirse de la profesora de arte.

- ¡Eh, espera! -Jonathan la alcanzó a mitad del pasillo. Su sonrisa le iluminó el rostro- ¿Quieres ir a tomar algo? Aún es temprano.
- Oh, yo... -Effy soltó una maldición interna por tener que huir de allí directo hacia el colegio de derecho y suspiró- No puedo. ¡Lo siento, Johnny!

El castaño negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa. Effy pudo sentir como su corazón se saltaba un latido. Era increíble todo lo que se reflejaba a través de su sonrisa.

- Una chica ocupada, ¿Eh? -Se encogió de hombros con aire tranquilo y la miró- Supongo que entonces puedo tener tu número, ¿No?
- Claro, dame un segundo. -Se mordisqueó el labio, recordando su número de celular y se lo dio- Llama cuando quieras, ¡Nos vemos mañana!

Le dio un abrazo fugaz antes de salir corriendo por el pasillo hacia la salida. Solo tenía cinco minutos para llegar a la escuela de derecho si no quería ser atrapada completamente por James. Estaba segura de que empujó a un par de personas por la calle, pero no tenía tiempo de detenerse a pedir disculpas.
Corrió como si no hubiese un mañana y se adentró como rayo en los baños de la escuela de derecho para arreglarse lo antes posible. Se dio una mirada en el espejo, asegurándose de que lucía normal y salió para encontrarse con el auto de Jimmy aparcado afuera.

- ¿En dónde te habías metido? -Preguntó el pelinegro mientras encendía el auto- Llevo quince minutos esperando aquí.
- Shh, no te quejes tanto, Jamescito. - Effy subió al auto y se relajó cuando tocó los asientos de cuero- Ya sabes cómo son los abogados...

James soltó una carcajada y negó con la cabeza, interrumpiendo por completo el comentario de la peliaverde. Effy. abrió la boca para reclamarle pero en un segundo las manos de Jmes se hicieron con su mentón, haciendo que sus miradas se encontraran.

- Linda, no sabes mentir. -Dijo, arrastrando las palabras- Te vi dos cuadras más abajo, corriendo como si estuvieras en un maratón.

Effy se quedó fría, pero no sabía si era por el hecho de que él la hubiera descubierto, o porque podía sentir el aliento de Jimmy chocar contra su mejilla.

- ¿Le dirás a alguien? -Preguntó, intentando con todas sus fuerzas no bajar la mirada de sus ojos.
- No. -James sonrió y acercó más su rostro al de ella- Por ahora me divertiré guardando nuestro pequeño secreto.

Jimmy se retiró antes de que ella pudiera decir nada y arrancó el auto sin decir más. Effy. se encontraba aturdida, en parte porque su secreto no duró ni siquiera un día, y en parte porque podría jurar que mientras él hablaba, no hacía más que mirar sus labios.