Alex es solo un chico de 15 años...
Si, solo un chico de 15 años que antes era chica, escapo de casa y trabaja matando gente para vender sus órganos a un cirujano contrabandista.
Katrina tuvo la mala suerte de acompañar a su amiga con el ciruja...
Si me hubieran preguntado como pase los siguientes 9 días mi respuesta, después de dudarlo por 43 segundos probablemente sería: Neblina. Aunque Gustavo Cerati posiblemente se habría expresado mejor con alguna frase como: "la extraña sensación de no pertenecer a este mundo... Como en trance." Pero Neblina también sería una buena forma de expresarlo.
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Los primeros 2 días se llenaron de una neblina negra y dolorosa, ya que los ataques continuaron sin descanso azotando mi cuerpo ya de por si debilitado. Sin embargo, a pesar de la densa niebla, el gato muerto de ojos rojos no parecía tener problemas en atravesarla y observarme directamente a mis ojos VaciosDeCordura-LlenosDeLocura. Los siguientes 7 días pasaron más tranquilos. Una neblina menos densa pero igual de oscura cubría mis recuerdos. Junto con el cesar de los dolores y el principio de una dieta a base de testosterona, mi cuerpo comenzó a sentirse más a gusto con su nueva forma. El gato muerto de ojos rojos continuo visitándome aunque siempre después de que Charles saliera corriendo escaleras arriba después de apagar las luces (algo que ya se había vuelto rutina)
después de una curiosa charla, el cirujano reveló nunca haber tenido mascotas, por lo cual saque la conclusión de que solo mis ojos podían verlo. Nunca llegue a saber si eso me alegro o me inquieto aun mas.
Apenas pude mantenerme en pie, Charles insistió en entregarme un cuchillo (lo prefería a las armas de fuego ya que estas podían dañar órganos vitales) y mandarme a trabajar directamente.
Sin embargo yo lo mande a la mierda y le dije que no haría nada hasta que me lleve a una peluquería. Mi escusa era que no quería convertirme en un asesino serial hippie.
--se supone que a los hombres no les importa demasiado su pelo-- se quejaba Charles cuando volvíamos de la peluquería.
Y sí, me había decidido por usar el pronombre "el". No solo para mantener la nueva identidad, sino porque sentía algo pequeño revolverse en mi estómago al pensar en un futuro en este cuerpo. --tu te lo buscaste-- le dije secamente y sin ninguna expresión. --¡pero no es justo! Alex, ¿porque tuve que pagarlo yo si es tu pelo?-- insisto charles con un puchero demasiado inocente como para ser real. --tu te lo buscaste-- le repetí secamente. --de cualquier forma... ¿Ya estás listo? Tengo varios encargos y requiero tus servicios -- cambio de tema Charles, al mismo tiempo que cambiaba su tono de voz a la ronca. Asentí en silencio y note como el aura de supuesta alegría se dispersada como los cambios de humor de Charles. Estoy seguro que es bipolar.
Llegamos al deteriorado edificio y entramos por la puerta que daba al departamento. Este contaba con un solo pequeño cuarto, la razón por lo que no podría quedarme aquí. Charles me arrojo mi bolsa de pertenencias, un par de cuchillos y una lista. --¿todavía tienes la dirección del departamento?-- me pregunto, a lo que saque el papel con la dirección de dentro de la bolsa. --perfecto, en el papel que te di hay una lista con todos los órganos que necesito, recuerda que debes investigar un poco para saber el estado de su cuerpo. Tomate tu tiempo, pero hazlo en el menor tiempo posible--
