Días lluviosos.

27 2 0
                                    



  La pequeña niña bailaba bajo la lluvia, llena de alegría, a pesar del mal clima. Volteo la cabeza para prestarle atención a quien la estaba llamando.

-¡Kanato-Kun! ¡Ven! ¡El agua fría se siente hermosa!- El vampiro la miraba indiferente, mientras abrazaba a su osito.

-Que molesta eres, odio los días lluviosos...- Apretó, fuertemente a su Teddy.

-¿Por qué?- Ella se acerco saltando en los charcos, pero en el último salto casi empapa a Kanato por completo.

-¡Niña estúpida!, ¡¡Casi mojas a Teddy con tus tonterías!!- La niña hizo un puchero, acompañado de unas eminentes lagrimas, escapándose por la comisura de sus parpados.

-Sniff...Kanato-Kun...Sniff... ¡Q...Que malo eres con Miko-Chan!- Exclamaba la pequeña entre sollozos.

-Tsk...-El vampiro tomo a la niña de la mano y se arrodillo ante ella- El cielo es el único que tiene que llorar, tonta...- Dijo mientras limpiaba sus lagrimas.

-¿Me dejas abrazar a Teddy? Quizás así logre tranquilizarme- Pregunto, con una traviesa sonrisa. El gruño molesto.

-De acuerdo, pero solo un poco...- El chico le entrego el osito de felpa a la dulce niña que tenía a su lado y esta lo abrazo fuertemente.

-Teddy... ¿Tú crees que Kanato-Kun quiera casarse con Miko-Chan algún día?- Ella sonreía alegremente.

-¿¡D...de que estas ha...hablando, tonta?!- Kanato le arrebato, rápidamente, a Teddy- ¡Vamos a dentro ahora mismo!- Ella lo miro confundida, pero acepto tomando su mano y ambos entraron a la mansión.

****

-¡Ja! ¡Volví a ganarte, Chichinashi! ¡Ore-Sama te gano!- Exclamo el pelirrojo entre saltos.

-Ya...ya... ¡Tu entrenas!, ¡Claro que vas a ganarme!- Ella suspiro pesadamente, pero repentinamente sintió una pequeña gota de agua caer en su frente.

-¿Eh?, ¿Empezó a llover?- El chico se apresuro a tomar el balón de basquetbol, mientras se acercaba a ella- Deberíamos entrar, ¿No crees? A menos que quieras que Ore-Sama te vuelva a ganar... - Miko golpeo su brazo, molesta.

-Entremos, presumido.

Dentro de la mansión, ambos se secaron, pero Ayato decidió ir a su habitación para cambiar su ropa.

-Nos vemos más tarde, Chichinashi- Dijo sonriendo, mientras se iba.

  La chica cepillo un poco su largo cabello castaño e intento acomodarlo como pudo. Se acerco a la ventana y observo la lluvia con algo de melancolía.

-"Mmm está lloviendo... ¿Dónde estará Kanato?"- Pensó, inconscientemente.

  Acelero el paso y se dirigió a la habitación de su querido vampiro, impaciente. Estaba a punto de tocar la puerta, pero algo la detuvo. Una melodiosa voz comenzó a escucharse, voz que ella reconocía mas que a ninguna en todo el universo.

-"Kanato-Kun..."- El estaba parado junto a la ventana, cantando, al mismo tiempo que observaba la lluvia con atención.

  El volteo lentamente y le regalo una fría mirada, como si hubiera leído sus pensamientos ¿Cómo sabia que ella estaba allí?

-Y...yo...Lo siento...Etto...- Kanato se acerco a ella con tranquilidad, todavía con la misma expresión- S...solo quería encontrarte...no quise...- Pero algo la interrumpió, un sorpresivo abrazo, de parte del vampiro.

-Odio los días lluviosos, Miko-Chan...- Dijo enterrando su rostro en el hombro de la chica- Son días como estos los que me recuerdan la soledad a la que estoy condenado a soportar...- Comenzó a llorar.

-Ka...Kanato-Kun...No llo...llores, vamos...- Trato de consolarlo, mientras controlaba sus nervios lo mas que podía.

-Tú...tú no sabes cómo se siente, Miko-Chan... ¡No sabes lo que se siente estar solo!- Profirió, empujando a la chica, un tanto fuerte- ¡Tu estas rodeada de personas que te quieren!, ¡Yo no!- Rompió en llanto una vez más, ella tembló y dio un paso hacia delante.

*No importa que tan cruel sea conmigo...*

*O a cuantas torturas llegue a someterme...*

*Yo...*

*Yo simplemente no puedo dejar de mirarlo con los mismos ojos...*

-Kanato-Kun...- Se acerco lentamente al chico y lo abrazo fuertemente- ¡Yo si te quiero! ¡Te amo, Kanato!- Los ojos del vampiro se abrieron como dos grandes platos- Y... ¡Y importa que tu no sientas lo mismo!, ¡Yo no dejare de amarte!

*Ahora solo me queda escuchar sus crueles palabras...una vez más*

  El chico se quedo inmóvil y en silencio, pero poco a poco, comenzó a aferrarse al cuerpo de Miko, envolviéndola en sus brazos como si de Teddy se tratara.

*¡Hey, espera! ¿Y Teddy donde estaba?*

*Tirado en el suelo*

-¡Te odio, Miko-Chan!- El estiro sus brazos y la alejo, sosteniendo sus hombros. La chica no se sorprendió por sus palabras, ya esperaba algo como eso- Te odio...Te odio... ¡Te odio por hacerme amarte de esta irritable manera!- Ahora si estaba realmente sorprendida.

-Ka...Kanato...- Sus ojos se humedecieron. Una hermosa y cálida sonrisa se formo en su rostro, al mismo tiempo que saltaba sobre el vampiro, abrazándolo con todas sus fuerzas.

-¡No seas molesta!, ¡SUELTAME!- Ella hizo caso omiso a sus pedidos y seguía abrazándolo.

-Me siento tan feliz....

  La chica desenterró desde el fondo de su corazón, ese extraño sentimiento que tanto la angustiaba, al punto de llevarla a creer que eran unos sentimientos sucios, detestables...pero no era así...

  Pero apoyado detrás de la puerta, cierto castaño había escuchado toda la conversación y con todas sus fuerzas...sonrió.

Tu juego, mi perdición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora