Los Niños Del Cubo

4. El trágico suceso de los años 70

Jack se sintió aliviado al ver a lo lejos San Carlos del Pinar, y sin dilación, no paró hasta llegar a la casa de Alicia.
Alicia era su novia, una joven morena de 18 años, la chica más bella de la comarca y la única que pudo robar el corazón del chulito de Jack. Vivía junto con su familia en una gran caserío que perteneció a su tatarabuelo Rodolfo, el alcalde del pueblo hacía unos 70 años. Vivía junto con su abuelo Luis, su hermano Edu de 14 años y sus padres Sara y Alfredo.
Al llegar al caserío de Alicia, Jack tiró la moto y se afanó en coger pequeñas piedras para lanzarlas como si de misiles se tratasen a la ventana del dormitorio de su amada. Al tercer impacto sobre el cristal, Alicia abrió la ventana y bajó rapidamente a abrir la puerta.
Nada más abrirla, Jack abrazó a Alicia durante unos segundos como si hubiera vuelto de mismísimo infierno, preocupando a Alicia.
Jack,¿ que te pasa? Sin mediar palabra, pasó al salón y se sentó en una silla y cuando estaba terminando de contarle la historia, su abuelo Luis que padecía de insomnio, apareció por la puerta y escuchó nombrar las palabras niños y cubos.
Siento interumpir, dijo con voz grave. Acabo de escucharos hablar sobre niños y cubos. Por favor, cuéntame toda la historia mozo. Al terminar, el abuelo de Alicia bajó la mirada y empezó a contar una historia olvidada de un suceso trágico ocurrido entre los dos pueblos.
En los años 70, existía un camping a unos 5-6 km de San Carlos, donde veraneaban muchos turistas alemanes con sus hijos. Un día pasó un camión con propileno líquido por esa carretera tortuosa, el conductor perdió el control del vehículo y se precipitó por un barranco, cayendo y provocando una gran explosión y una honda expansiva con más de 2000 °C que quemó todo atisbo de vida a su paso. El viejo Luis dijo que el agua de la playa llegó a evaporarse y que toda la gente del pueblo perdió un familiar en este trágico suceso. Nos enseñó recortes de prensa de la época con fotografías de la tragedia y nos contó que muchos cuerpos no pudieron ser identificados ni repatriados, y por ello fueron enterrados en una gran fosa común del cementerio.
Tanto Alicia como yo, no salíamos de nuestro asombro.