Es verdad que el que vive del recuerdo muere en la realidad. Vivir en ese recuerdo tan oscuro como precipicio sin final es alojarte el el pasado sin poder avanzar. Vivir en el mal recuerdo sería como morir en esa pesadilla tan triste que la felicidad no existe.
Cuando se vive en la realidad con el pasado de por medio sería como esquivar los sueños sin tener ninguna meta. Sería como dejar que pase el tren de la vida que tenía destino a "villa futuro". Sería como no abrirle la puerta al señor vida que nos aconseja no vivir en el recuerdo.