Los dos lo habíamos dicho. Ambos expulsando esas palabras que yo no había tenido el valor de decir hasta hace cinco días. Y ese es el tiempo que había pasado desde que la última vez que había visto a Harry. Los últimos segundos fueron grabados en mi cerebro, repitiendo cada pequeño detalle mientras silenciosamente formaba las palabras en sus labios, "Te amo."
Era una frase comercializada de uso común, que parecía tener poco valor en la actualidad. Pero viniendo de Harry ganó un nuevo significado. Aparte de su familia, dudo que jamás hubiera pronunciado las palabras a otro individuo. Tal vez nunca había deseado esa clase de relación con alguien, demasiadas emociones, demasiado íntimo. Amar a otro ser humano.
Las palabras de Harry me habían dado un nuevo tipo de fortaleza que no sabía que fuera posible. Una que me permitió suprimir el miedo intenso que se ponderaba en mi pecho, como cuando se escuchaba el sonido de pisadas apresuradas acercándose detrás de mí. Yo estaba caminando de regreso de la casa de Zoe, la noche nublada con una oscuridad inquietante. Mis dedos jalando el cierre de mi bolso para abrirlo y sacar la lata que había en el fondo. Yo no quería ser víctima de intimidación por más tiempo.
"Aléjate!" Grité, girando para enfrentar al perseguidor.
Mi mano derecha firmemente sostuvo la lata, mi brazo extendido mientras apuntaba a la figura.
"Mierda".
Sólo entonces me di cuenta de sus rasgos mostrando un poco de susto. Harry dio un paso atrás mientras esperaba que yo bajara mi arma. Mi corazón latiendo en mi pecho, aliviada que no estaba obligada a hacerle frente a un extraño.
"¿Eso es gas pimienta?" Habló con incredulidad. La pequeña lata fue tomada, Harry leyó la etiqueta mientras yo intentaba calmar mi respiración. "¿De dónde demonios lo conseguiste?"
Me la entregó , cayendo de forma segura en mi bolso.
"El papá de Lucy trabaja para la policía.", Le expliqué. "No deberías haber estado siguiéndome como un acosador."
"No lo volveré a hacer." Bromeó.
Incluso a través de su tono juguetón, era obvio que mi gesto defensivo había sorprendido a Harry. Pero a medida que pasaban los segundos, un notable silencio se cernía sobre nosotros. Los pocos textos que habíamos intercambiado parecían ser una manera más fácil comunicarse que una llamada telefónica, por lo menos, así no nos sentíamos presionados a hablar. Mientras estaba parada delante de él, no sabía qué decir. La última vez que habíamos hablado bien el uno al otro fue cuando habíamos confesado nuestro amor. ¿Qué se hace después de eso?
Miré a Harry cuyo labio inferior estaba entre sus dientes, una indicación clara de nervios. Me dio un poco de consuelo saber que estábamos en la misma situación.
"Seguimos .." Hizo un gesto para continuar nuestro viaje a lo largo del camino.
"Sí".
Mientras caminábamos, observaba disimuladamente su mano vacilante, sin saber si intentar sostener la mía era cruzar la línea imaginaria dibujada entre nosotros. Yo no la había puesto allí, era sólo el miedo de Harry.