Me aferré a Harry, mis tobillos se cerraron alrededor de su cintura mientras sin esfuerzo subía por las escaleras a su apartamento. Su pelo estaba enredado entre mis dedos, mis labios besando su mandíbula mientras Harry maniobraba con las llaves en la cerradura. Cerró la puerta de golpe con el pie, apretándome contra la madera mientras sus dedos tantearon al poner la cadena. Puse mi cara en el hueco de su cuello, mis manos cosquilleando bajo la chaqueta de Harry para retenerlo bajo la ropa. Me sentía segura mientras me acurrucaba más en su reconfortante calor, absorbiendo la temperatura elevada mientras respiraba un olor que parecía nublar mis sentidos.
Pero la comodidad pronto transformándose en deseo, de suaves besos a marcas de pasión quedando en su piel mientras mis labios sin concesiones succionaban la base de su cuello. Salió un gruñido áspero seguido de un aliento bruscamente inhalado mientras Harry respondió apretando mi trasero con dureza.
"Te deseo tanto."
"Bájame." Me reí sin aliento.
Mis pies tocaron el suelo, alejándome mientras Harry seguía mis movimientos. El pasillo estaba débilmente iluminado, pero no era difícil detectar la seductora sonrisa plasmada en su rostro. Hubo apenas un par de centímetros que separaban nuestros cuerpos necesitados. El calor latente de los ojos de Harry manteniéndose tentativamente sobre mí mientras se desnudaba, tomándose su tiempo para quitarse la chaqueta oscura que llevaba. El material se dejó caer al suelo.
"Quiero ser sucio contigo."
La frente de Harry contra en la mía, arrugando mi vestido mientras una mano subía tranquilamente por el interior de mi muslo. Sus hoyuelos fueron mostrados como afectivamente cesé sus esfuerzos, apretando mis piernas juntas.
"Paciencia".
Agarrando el material de la camisa de Harry, lo tomé por sorpresa, empujándolo contra la pared con tanta fuerza como pude reunir. Sus labios hinchados, entreabiertos por el placer, con los ojos completamente cerrados. Disminuí la distancia entre nosotros, a toda prisa tratando de desabotonar la camisa de Harry. Su movimiento brusco me dejó asombrada, tirando de ambos lados de la camisa para abrirla con fuerza. El sonido de los botones golpeando el piso. Nunca había sido testigo de algo tan desesperadamente sensual, las palmas de mis manos sobre el estómago y el pecho descubierto de Harry. Parecía casi como un dios, todo bronceado y musculoso... y mío.
"Me gusta cuando eres ruda conmigo." Admitió Harry.
Las últimas palabras apenas habían salido de su boca antes de que rasguñe con las uñas a lo largo de su torso, asegurándome de dejar unas líneas sobresalidas en señal de mi gesto severo.
Maldijo entre dientes.
"Te llevaré a mi cama."
Mi corazón latiendo rápidamente con su promesa, presionando un apasionado beso a donde aire caliente estaba siendo expulsado. Lamentablemente me aparté de la tentación de sus labios, girando y caminando por el pasillo. Mis zapatos fueron removidos, pero me detuve en la puerta de la habitación mientras me esforcé por escuchar sus pasos finales. Miré detrás de mí para descubrir que había estado observando todos mis movimientos. Una mirada ardiente en la piel que yo sabía que él deseaba descubrir. Nos paramos directamente frente al otro, una buena distancia entre nosotros, mientras descuidadamente quitaba la ropa de sus anchos hombros. Yo había entendido con rapidez que el cuerpo de Harry estaba cerca de la perfección, en mi opinión, al menos. Incluso la variedad de cicatrices que habían sido resultado de peleas sostenían una belleza intrigante y algo entrañable. Me preguntaba si alguna vez volvería a abrirse completamente y contarme los orígenes de todos esos recordatorios permanentes.
Mi mano se levantó delante de mí, tentando a Harry con mi índice moviéndose en un gesto que lo invitaba a acercarse a mí.