Secrets Trilogy: CURSE (#2)

Capítulo 12

-¡Selene vamos levántate necesito que me ayudes con unas cosas aquí! -Lentamente me levante al escuchar como el monje Zacariha me hablaban desde la sala, me sentía un poco cansada pero me levante lista para ayudarlo en lo que sea.

-Buenos días -saludé bostezando, miré a mi alrededor y encontré unas cuantas cajas esparcidas a mi alrededor -¿Qué es todo ésto? -señalé hacía las cajas que cubrían casi todo el pisó de la sala.

-Creo que sería buenas tardes, ya son las once -abrí los ojos en sorpresa, no pensaba que fuera tan tarde -y respondiendo a tus otras preguntas, está de aquí -señaló una caja a su lado -contiene unas armas que te servirán si en algún momento algo se complica cuando vayamos a traer lo que te digo, puedes echarles un vistazo si lo deseas -término de hablar y siguió abriendo otras cajas más.

Me acerque a la caja que había señalado que era mucho más grande que las demás, me senté sobre mis rodillas, haciendo espacio entre cajas llenas con cosas que no sabia que eran y otras que no contenían nada, volviendo mi atención a la caja que tenía en frente la acerque un poco a mí y la abrí encontrándome con diferentes tipos de cuchillas y arcos, los miraba con detenimiento cada uno buscando el indicado para mí.

-Escoge el que deseas -interrumpió con desinterés, asentí sin quitar mi vista de las armas, un brillo de algo me interrumpió haciendo que me concentrará en éso, aparte algunas armas para ver que era lo que provocaba ese brillo un poco peculiar, asta que pude ver una hermosa espada sin dudarlo la tomé sacándola de la caja, su empuñadura era de un metal muy oscuro que formaba una especie de colmillos a los costados de está, era hermosa no podía dejar de verla la saque de su vaina dejándome ver una perfecta y liviana espada la acerque a mi rostro y pude ver como me reflejaba en ella, después de un momento la guarde de nuevo en su vaina, colgándola en mi hombro.

-Buena elección -volteé a ver al monje Zacariha con una sonrisa de agradecimiento estaba dispuesta a ir a mí habitación a preciar de nuevo la espada -Espera antes de que te vayas -me volteé cuando escuché que me hablaba -Toma está cuchilla te ayudará con los dragones tiene baba de Shokra -lo miré sin entender -un Shokra es un demonio que es altamente venenoso para los dragones -explicó al ver mi cara escéptica.

-Oh, claro claro entiendo -tomé la pequeña cuchilla, agradeciéndole con la mirada.

Sin decir nada más me dirigí a mi habitación dejé la espada y la cuchilla en mi cama y corrí a traer algo de comer a la cocina.

-¡Hay pancakes en el microondas! -Gritó el monje Zacariha, lo abrí comprobando que era cierto, tomé un plato del mueble de al lado y agarré todos los pancakes que ahí se encontraban volviendo a correr hacía mí habitación.

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Me sentía muy llena me había excedido con los pancakes no sabia cuantos me había comido estaba tan emocionada de tener armas de las que podría usar sin ningún temor que no me medí a la hora de comer.

Sintiendo momentos después él efecto, bajé a la cocina por un vaso de agua y escuché que el monje Zacariha hablaba con alguien por teléfono, toqué la puerta para avisar mi presencia y entré por un vaso de agua, el monje Zacariha seguía hablando por teléfono sin ningún problema de que lo escuchará, cuando estaba lista para regresar a mi habitación con mi vaso de agua el monje Zacariha me interrumpió.

-Espera, tenemos que adelantar la misión, ya no iremos mañana si no que ahora iremos el Atrapa sueños que te mencione ayer.

-Esta bien, déjame traer mis armas ya vuelvo.

-Toma, ponte lo te servirá si tienes que pelear -me entregó ropa negra, la tomé y la llevé conmigo a mi habitación.

Me vestí rápidamente y me miré un momento en el espejo la ropa consistía en una camisa blanca desmangada con unos pantalones negros ajustados que se ajustaban a todos mis movimientos haciéndome sentir como si no existieran, me sentía muy cómoda con ellos.