Enseñanza de vida.

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Y así culminó el capítulo de la historia que marco una época de mi vida, una era de aprendizaje continuo, que fue desde la curiosidad por lo desconocido, hasta el desengaño de la realidad.

Llenando de matices el camino, haciéndolo irrepetible y absoluto, al tiempo que implacable y cándido.

Con el transcurso de los días, mi vida se amoldaba nuevamente a los planes del destino, reasumiendo la realidad de las acciones y sus consecuencias, grabando cada lección en el disco duro y bajo las más estrictas normas de seguridad.

Cada día llenó de igual importancia los renglones del libro y con tinta indeleble se escribió para siempre en mi memoria los momentos significativos y los detalles determinantes, en este camino de enseñanzas donde la experiencia no se improvisa, ni se hereda por legado.

Por el contrario,  ésta misma determina el carácter que nos acompañará en el resto del viaje, hasta el término feliz o inesperado por todos ya conocido.

Sé que al final del camino, cada sonrisa o abrazo, cada alegría o tristeza ha valido la pena; cada persona en especial ha dejando una huella en el sendero, que difícilmente se podrá borrar.

Uno a uno, los recuerdos aparecen nuevamente, unas veces tristes, otras un poco más extrovertidos y remueven en el alma las mismas sensaciones y reviven el momento, él lugar, los olores y anécdotas, llenando el entorno del pasado y haciendo del presente lo esencial y definitivo que amerita el futuro.

De  tal manera que  sumando las cuentas, llegamos a un mismo resultado.

Aunque en la matemática de la vida, más por menos siempre resulta en positivo, sean buenos o malos recuerdos  todo llega a un mismo saldo y la ganancia es para nosotros mejor qué si todo hubiese salido perfecto.

El dolor, el desengaño  las fantasías, la traición, junto con la alegría, las sonrisas  y porqué no el llanto, cada uno forma parte escencial del ecosistema.

Así como la luz necesita de la oscuridad para sobresalir, las rocas en el camino son el verdugo que nos prueba nuestras capacidade llevándolas al límite y mostrando el verdadero ser, que es mas frágil de lo que pensamos.

Y de igual manera, las fortalezas que ignorabamos existía en nuestro interior, de modo que a mayor presión, mayor resistencia y mayor capacidad de levantarse ante una dificultad.

Mayor aprendizaje y experiencia, la suma de estas determina nuestro carácter y el empuje necesario para tonar las riendas de nuestra vida y conducirlas a través del tiempo, transformado la realidad quizá no tan placentera en un porvenir lleno de nuevos retos y con una mejor expectativa de vida.

Siendo conscientes que el camino siempre estará dispuesto a derrumbarnos con sus distintos relieves, pero con la certeza de que hoy somos mejores que ayer y que el mañana estará dispuesto a respondernos de acuerdo con nuestra actitud,  para bien o para mal.

De la mando de dios somos invencibles.

Memorias Del Alma (A la Venta En Amazon (Poemario 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora