Capítulo 6

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         Sahar llegó con su vestido que le quedaba la mar de bien, era perfecta con aquella sonrisa y aquellos ojos cristalinos que reflejaban felicidad. Me extrañó que no hubiera venido nadie, pero seguramente no habían invitado a nadie pero ¿Y los padres de Sahar?. De nuevo, preferí quedarme en silencio, poco a poco iba pillándole el truco. Se colocaron los anillos y festejemos durante toda la noche. A la hora de cenar comimos en el jardín, esa vez todos hablábamos, incluso Malik decía uno que otro chiste gracioso, el ambiente era perfecto pero había algo que estorbaba; el silencio de Sawsam.

-Sawsam, desde que he llegado no has dicho nada.- le dije.- Quiero escuchar por lo menos tu voz, pareces muda.- solté una carcajada, de repente el ambiente se puso tenso, Sawsam dejó de comer, Sahar bajó la mirada a su plato y comió con tranquilidad, Ziad hizo lo mismo. Malik me fulminó con la mirada y se levantó de su sitio. ¿Había dicho algo malo? Me levanté y seguí a Malik que se dirigía a la piscina.-¿He dicho algo malo?.- Malik se giró y me miró seriamente.

-Sí.- contestó.- ¿No sabes que tía Sawsam es muda o que?.- preguntó chillando. Aquellas palabras me impactaron, no sabía de qué estaba hablando. Todo encajaba y estaba comenzando a tener sentido.- Eres imbécil.

-No me habéis dicho nada.- dije a la defensiva.- Lo siento, pero yo no soy vidente, ni me comunico con la mirada para saberlo.

-No se porqué Ziad te ha traído aquí.- me dijo.- Eres un estorbo, no sabes por lo que estamos pasando.- sus palabras me hicieron enojar, por alguna razón sentí una rabia en mi interior, unas ganas de tirarle a la piscina.

-Por lo menos te queda tu hermano Ziad y tu tía Sawsam.- le dije clavando la mirada en el suelo, pensando en Kamal.- Perdiste a tus padres, pero te queda alguien que te sigue apoyando.- sentía que mis ojos ardían, iba a llorar, pero no me importaba.- Yo perdí a toda mi familia, lentamente.- le miré fijamente a los ojos.- ¡No eres el único que sufre imbécil!.- chillé. Malik se quedó sorprendido, con la boca abierta mirándome con los ojos abiertos como platos, yo estaba llorando. Di media vuelta y sin querer me enredé en el vestido e iba a caer en el agua. Malik me intentó coger pero caímos los dos a la piscina. Fue un momento único, inesperado y excitante. Empecé a reír, como una loca. Aquella situación me causaba risa, Malik me observaba desconcertado.-¿No te da gracia?.- le pregunté entre carcajadas.

-No tengo porque reír.- dijo mientras intentaba subir las escaleras de la piscina, pero le agarré del brazo.

-Para dejar a un lado la depresión que tienes y salir del mundo en el que vives, tienes que dar tu el primer paso.- le dije mirándole fijamente a los ojos.- Si no, nunca serás feli...- y entonces pasó algo inesperado, algo que me interrumpió la frase. Malik me besó. Fue algo rápido y desconcertante. Me quedé congelada, solo sentía sus cálidos labios.

-Ayer me viste llorar, fuiste la primera persona en verme en aquel estado.- dijo separándose de mi.- Espero que haya sido el primero.- me apartó un mechón de pelo que caía sobre mi cara, el velo que llevaba se había mojado y resbaló de mi cabeza.- Es una venganza, una dulce venganza...

-¿Solo eso?.- no podía dejar de mirarle a los ojos.

-Acabo de dar el primer paso para ser feliz.- susurró.

Quédate Conmigo© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora