Capítulo II

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Reúno el valor para dar otro paso saliendo de la habitación. Detrás mio la puerta se cierra provocando un fuerte  estruendo. Me encuentro en un larguísimo pasillo tan blanco como el resto de los objetos de por aquí. La luz se filtra por unas ventanas situadas cerca del techo de manera que tampoco puedo ver el exterior. 

Analizo mis posibilidades, quizás esta sea mi oportunidad para escapar, podría correr hasta encontrar una salida. Pero algo en mí me dice que no lo haga que lo más sensato es explorar el terreno. Me dirijo a la derecha y ando durante unos diez minutos hasta encontrar una puerta metálica, me detengo justo delante, no estoy seguro de lo que de debo hacer. Quizás lo mejor se dar media vuelta y buscar otra salida, pero otra vez un impulso decide por mi que lo mejor es abrir la puerta. Estoy empezando a considerar la posibilidad de haber desarrollado un sexto sentido. Mi mano derecha se acerca temblorosa al pomo pero apenas lo he tocado cuando la puerta se abre silenciosamente.

No voy a mentir tengo más miedo del que he tenido en toda mi vida, incluso más que cuando mi madre descubrió mis salidas nocturnas. ¡Mamá! En todo este tiempo no había pensado en ella, honestamente tampoco pensaba en nada más que no fuera escapar. Y ahora soy incapaz de recordar su rostro con claridad. 

-Debería entrar y dejar de pensar en su querida madre Sr. Evans.

 La voz  me saca de mi ensoñación. Al adentrarme en la sala no puedo evitar soltar un grito ahogado de la sorpresa. Las paredes están recubiertas de enormes pantallas, en ellas se ven la imágenes de lo que supongo que serán cámaras de seguridad... ¡Espera! Eso es mi habitación ¡Lo sabía! Sabía que me observaban. Un escalofrío recorre mi espalda, entonces es verdad. He estado siendo vigilado todo este tiempo.

-Por favor Sr. Evans, tome asiento.

Una blanca butaca emerge del suelo, con cautela me dirijo a la silla. Justo cuando me siento la voz vuelve a retumbar:

-Bienvenido al programa Sr. Evans. Espero que su estancia hasta ahora haya sido de su agrado.

-Precisamente no puedo decir que lo haya disfrutado

- No sabe la decepción que me provoca, pero no se preocupe, acabará disfrutando.- Me responde irónica.

-¿Y en que clase de programa te secuestran, te tienen encerrado durante días y luego soltarte como si nada hubiera pasado? Y encima va y me pregunta si ha sido de mi agrado. Porque déjame decirte que esto es un secuestro. ¡Joder! Es que no tengo ni idea de como he llegado aquí. Así que ten por seguro que como esto se trate de una estúpida broma os voy a denunciar, a ti y a cualquiera que este metido en esta farsa

-Respire Edward, no queremos que se quede sin aire, por ahora- aunque no la puedo ver se perfectamente que debe estar sonriendo con maldad- Y me temo que denunciarnos le sera imposible, ya que se trata de un programa totalmente secreto y como espero que comprenda no queremos que salga a la luz. En cuanto a la finalidad de todo esto, todo a su tiempo le iremos informando. Y recuerde querido Sr.Evans, si se toma esto como un reto con el que autosuperarse le será todo mucho más fácil.

La silla empieza a descender sin que me de tiempo a levantarme. Estoy siendo engullido por el suelo y no puedo hacer nada.

-¡No por favor no! Dejadme salir, no podéis hacerme esto. 



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