Capítulo 6-1

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Escondo mi rostro bajo la suave almohada de mi hermano. Me punzan las sienes al punto de querer reventar junto con mi brazo y pierna.

—¡No vuelves a salir Kendall!—Nickolas se encuentra parado frente a su cama; repitiendo por milésima vez el mismo sermón que me dijo desde que me recogió del hospital-¡Te dejo salir un momento para después recibir una llama del hospital diciendo que tengo que ir por ti! ¡Agradece que ése principito marica se fue antes de que yo llegara!

Bla, bla, bla y más bla.

Estoy harta de sus escenas de hermano sobreprotector y lo peor de todo es que ni siquiera fue para tanto.

—¡Basta!—Me siento con la espalda recargada en la pred—Sólo cierra la boca ¿quieres?

—Esta discusión aún no termina señorita, por ahora puedes descansar pero hablaremos mañana—¿Discusión? ¡Ja¡ Ésto no es una discusión, no hay nada que discutir, sólamente me caí de una rampa, éso es todo además, la que se fracturó la pierna y se provocó un esguince en el brazo fui yo, no él.

—Si como no—Imito su voz, algo que odia que hagan.

—No me imites, Kendall—Me señala con su dedo índice.

—Ni mi imitis, Kindill—Chilló burlándome de el.

Hacerlo enojar también forma parte de uno de mis pasatiempos favoritos, soy de esas personas a las que si les dices "no hagas eso" lo hace con más frecuencia.

Soy toda una malota.

—Estoy hablando enserio—Noto que su tono de voz comienza a endurecerse.

Uy, se esta enojando.

Esto me gusta.

—Istii hiblindi insirii.

—Así que...¿quieres jugar?—Lleva sus manos a las caderas y me mira retandome—pues yo se jugar mejor, cariño.

La cagaste, Kendall.

Oh, cállate, ¿qué tan malo puede ser?

—Lo había estado pensando pero, como estas muy odiosa; dormirás en el patio.

Que buena broma.

Te lo dije, y dudo que sea una broma.

Que es una broma, yo se lo que te digo.

—Así que andando—Nickolas se acerca a mi con obvias intenciones de cargarme.

—¿Qué?, no Nickolas por favor, ya no te voy a imitar lo juro pero... ¡Ah!¡Bajame, zángano de mierda!

Mis intentos de zafarme de su agarre, en esta condición, son básicamente nulos.

Nickolas abre las puertas corredizas que dan al patio y me baja colocándome en la mesa para desayunar que se encuentra en el centro del césped.

—Que descanses hermanita.

¡¿Es enserio?!

¿¡Me deja sentada aquí, sólo con su saco y con mi cuerpo adolorido, solo porque lo imite!?

Piri is ini brimi.

Púdrete.

—¡Nickolas por favor vuelve!

Cierra las puertas sonriendome al otro lado del cristal y puedo ver como se va apagando las luces.

Hijo de puta.

Oh no, perdón mamá no es cierto, sabes que te amo.

Hijo de su mamá y de su papá.

Suspiro recargando mis codos en la mesa intentando dormir.

Apariencia || Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora