CAPÍTULO 4

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Cuando conseguí llegar a la casa, tras una hora intentando encontrarla las cosas no pudieron ir peor

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Cuando conseguí llegar a la casa, tras una hora intentando encontrarla las cosas no pudieron ir peor. Mis padres bueno sobre todo mi padre casi llega a pegarme, si así es. Mi madre casi se estaba quedando afónica de los gritos que estaba pegando. Mi cuerpo no podía reaccionar, casi me estaba ahogando, todo lo que tenía enfrente de mí me producía ira, odio y ganas de llorar. No me aventuré a hablar, no quería, solo quería desaparecer. Subí a la que debería ser mi habitación, y por una vez tras haber llegado a esta nueva ciudad me sentí en casa. La noche fue terrible, no podía dormir, mis padres no paraban de hablar de mí, que me iban a ingresar, que ya no me aguantaban más, que por qué me comportaba así... Todo era realmente una mierda. Cuando casi me estaba quedando dormida, por el agotamiento, por el estrés, por las ganas de morirme... Alguien empezó a tirar piedrecitas a mi ventana y supuse que serían unos niñatos, a si que no me levanté para averiguarlo y caí en un profundo sueño, del que no quería despertarme nunca. 

A la mañana siguiente, mi madre entró en mi habitación y me gritó que me vistiera, y estuviese lista cuanto antes, hoy empezaba a ir a un nuevo instituto.

Mi mente, no podía procesar todo lo que estaba pasando en mi vida, por que todos estos cambios, por que amí, me lo tengo merecido, soy una estúpida... Fui al cuarto de baño y decidí tomar una ducha de agua caliente, la necesitaba más que nada. Cuando salí me lave la cara en el lavabo y me la sequé con una toalla de mi color favorito, por lo que parece mis padres, habían ido en algún momento de estos estresantes días a comprar cosas de decoración cursi para esta nueva casa, no creo que jamás pueda llegar a llamar esto hogar, es una casa con estilo, antigua y la verdad parece guardar muchos secretos, pero nunca será mi hogar, mi hogar lo dejé en Boston.

Me vestí rápidamente y bajé lentamente las escaleras encaminandome a la cocina, donde me esperaba lo peor, mis padres.

Violet, tu padre piensa que lo mejor ahora mismo es conseguir que te integres y hacer amigos, tal vez necesitas a alguien para contarle tus problemas, dado que a tus padres no les cuentas nada. Hemos decidido que lo mejor para ti es ahora volver a los estudios y relacionarte -dijo mi madre sin mirarme a la cara y preparando lo que parecía ser un bocadillo de queso acompañado de un batido de vainilla para el desayuno-

-Siempre pensando, podríais dejar de hacerlo por un rato? Además no entiendo porque hablas como si papá estuviese aquí cuando no lo está, cuando este delante que hable él. Cuando estés tú habla por tí. -digo mirándole fríamente a los ojos- 

-Toma -me dió un papel con la dirección del instituto WestfieldHigh- Tienes que coger la parada del autobús en la esquina de aquí, te dejará directamente enfrente del instituto. Cuando llegues ve a dirección y te entregarán los horarios y los libros de este año. -metió el desayuno en el bolsillo pequeño de mi maleta y lo cerró- Llévate una fruta para el camino, no da tiempo de nada más.

Sin pronunciar palabra alguna cogí el papel, me puse la mochila en la espalda y me encaminé hacía la parada de la esquina de al lado de la casa, al menos estaba cerca. Mientras esperaba la llegada del autobús que según el horario vendría en un cuarto de hora, saqué del bolsillo del pantalón un cigarrillo y me lo encendí, aspiraba y espiraba con tranquilidad, esperando que nunca se consumiese, esperando que todos mis problemas se los llevase las cenizas...

†α†є   &   √ıσℓєτ  ♦ ۩ ۞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora