CAPÍTULO 10

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Nunca llegaré a entender qué fue lo que me despertó justo a la hora que había quedado con Tate, recuerdo haber estado dormida en la habitación con mi madre sentada en un sillón cercano a la ventana cuando sentí una respiración en mi oreja, al principió pensé que se trataba de mi madre que iba a decirme algo al oído como "voy a la cafetería" pero me equivoqué, cuando me giré para comprobarlo no había nadie. Por increíble que pareciera esa extraña respiración hizo que algo en mi cambiara de opinión y a la vez sentí la necesidad de volver a ver a Tate, no me importaban las consecuencias, simplemente necesitaba mirarle a los ojos, aquellos ojos que por muy duro que me resultase aceptar eran los únicos que me hacían sentir esperanza y amor, algo que nunca había sentido por nadie, y esa barrera interior que tenía hacia todo lo que me rodeaba, hacia todas las personas que intentaban un acercamiento hacia mi, y que con él  reprimía, me hizo darme cuenta que no quería perderle no podía y que por muy equibocada que estuviese en un pasado, si existe una luz al final del túnel.

Me levanté muy despacio de la cama y en sigilo me dirigí hacia el baño donde estaban mis convers vaqueras favoritas y me las puse, cuando terminé me miré de reojo al espejo y despúes de mucho tiempo sin prestar atención a mi cuerpo, ni a nada relacionado con mí, me di cuenta que tenía unas pintas realmente horribles. Me había pasado prácticamente dos días en la cama del hospital, uno de ellos debatiendome entre la vida y la muerte, y el otro queriéndome morir preguntándome una y otra vez ¿por qué?. Me lavé la cara, me cepillé el pelo e intenté buscar algo de ropa que ponerme pero misteriosamente la ropa con la que llegué al hospital había desaparecido y mis padres no se habían molestado en cojer ropa de repuesto, por qué claro "soy mentalmente inestable, y pasaré una gran temporada en el hospital", llevando esta mierda de pijama. Salí de la habitación y me dirigí de camino a la cafetería, me llamó realmente la atención de que la planta estaba totalmente vacía de enfermeras y médicos algo que no entendí porque se supone que era la planta de salud mental y deben estar vigilando constantemente a todos los enfermos por si cometen alguna estupidez. Llegué a la cafetería con mucha suerte de que no me viese nadie, pero Tate no estaba, tal vez me había pasado de la hora y se habría cansado ya de mis estupideces de niña pequeña incomprendida y suicida, lo que entendería perfectamente, es mejor al fin y al cabo así, nunca nadie será feliz a mi lado, no así, no como soy, por qué no puedo cambiar a mejor? por qué simplemente no puedo dejar de tener estos pensamientos negativos y malos? por qué no puedo ser buena?

Una vez más no me dí cuenta de que estaba llorando, me senté en una esquina de la entrada de la cafetería, hundí mi cabeza entré mis rodillas y allí me quede, esperando a un final, "pero los finales no son tan pronto como parecen"

†α†є   &   √ıσℓєτ  ♦ ۩ ۞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora