Una Segunda Oportunidad (Sin Editar)

Capitulo 1

Bienvenidas a la segunda parte de la novela :) ¿les gusta la portada m?

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Madison se vistió para ir a trabajar, hace algunos años que había dejado de trabaje en el bar, ahora era socia de la compañía de arquitectura de su tío.

El traje le quedaba como anillo al dedo, su tía la halago y se puso roja.

Se había enfrentado a su padre y a su ira, le dejo claro que ya no era esa chica estúpida que le tenía miedo, la desheredo. Le valía un pepinillo lo que su padre hiciera con su dinero.

Cinco años lejos de su familia y de su esposo, un esposo que no había dejado de salir en la revista de corazón con diferentes mujeres colgadas de su brazo.

Mientras ella está reconstruyendo los pedazos de su corazón y su vida. No lo hubiera logrado sin su tía.

Subió a su carro y arranco rumbo a la sede de su tío en Londres, estaciono con cuidado, agarro su bolsa y salió del carro.

saludo al guardia con una inclinación, las puertas corredizas, varias trabajadoras la saludaron al pasar y ella le regresó el saludo.

Vio a Rafael di Vaio un magnate siciliano, demasiado guapo para el bien de su asistente que lo miraba embobada.

— hola –lo saludo de un beso en la mejilla— ¿puedo ayudarte en algo?

El le dedicó una sonrisa arrebatadora que dejo a Nancy sin respiraron.

— eh venido a robarte para salir a desayunar —le respondió el— me apetece tener un desayuno con mi futura novia.

Le golpeo el brazo amistosamente, Rafael no se daba por vencido.

— ¿estas seguro de querer gastar mucho? –le coqueto—

— no me quejo si se van a ciertos atributos....

Se puso colorada, siempre halagaba su cuerpo.

— muy bien –acepto la oferta de ir a desayunar— ¿dentro de... Treinta minutos?

— me parece perfecto –el le beso el torso de la mano–

Se despidieron y ella entro a su despacho con una sonrisa boba, dejo su bolsa en su escritorio y encendió el ordenador.

Nancy entro y le dijo la agenda que tenía.

— deberías aceptar en salir con el ya....

— no se.... –se mordió el labio inferior– a veces creo que seré una más de sus...

— pues yo pienso lo contrario mujer, ah dejo su facha de mujeriego desde que te conoció, deberías darle una oportunidad.

Mordió el lápiz que tenía y miro a su asistente, quizás tenía razón, ya era hora de que dejara a Leandros y su matrimonio en el pasado.

A su marido no le tomo mucho tiempo mostrarse con otra mujer. Iba a seguir el consejo de su amiga, le daría una oportunidad a Rafael pero antes de llegar más lejos tendría que divorciarse, ya había atrasado mucho ese pequeño detalle y quería estar libre de la familia Petronides.

Le pidió a Nancy que le informará sobre el nuevo contrato con la nueva compañía, llamo a una sede de abogados para que la asesoraran sobre el tema antes de mandarle la solicitud de divorcio a Leandros.

Salió con Rafael a desayunar, hablaron de cosas triviales y a la ves laborales, el fue muy encantador, no se avergonzaba de ella y su forma de comer.

Río como nunca por las cosas que el le contaba, dejo que la besara una ves y se sintió bien, extrañaba ser besada aunque una parte de ella seguía anhelando que fuera Leandros pero no estaba dispuesta a volver a pasar por el sufrimiento que vivió con el.

Una parte de ella quería adoptar, quería ser madre y hace un año que se lo había planteado, se lo comento a Rafael para ver su reacción muchos hombre huían de eso pero el la felicito y el se ofreció a ayudarla.

Cuando regresaron al trabajo, cada uno fue a su oficina, marcó el número del abogado que la representaría para que le enviarán a Leandros la solicitud de divorcio.

¿Cómo reaccionaria su esposo? ¿Se negaría a darle el divorcio?
Lo dudaba, a el siempre le importo su matrimonio, sólo había sido de conveniencia, un mutuo acuerdo de negocios para beneficiar a las familias.

Estuvo ocupada con juntas, revisando papel hasta que Nancy le informo que su abogado ya había enviado la solicitud. Sólo esperaría a que su esposo los firmara.

Iba ser libre pronto, ya no sería La señora Petronides, no sería nunca más la esposa de Leandros Petronides ni la mujer más envidiada.

La tristeza la embargo, los recuerdos la asaltaron. Las lágrimas acudieron a sus ojos al recordar a su bebe.

Su tía le marco para quedar a cenar, ultimaste su tía estaba últimamente muy pegada al magnate griego Theo Kiriakis.
Acepto la salida y empezó a guardar sus cosas, hoy había sido un gran día.

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Lamento no hacer subido ayer xD perdí el word y no me acordaba en donde lo había guardado jajajaja tengo tantas cosas en el cel xD espero que les guste :3