Azusa I

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Estoy harta. Llevo más de 1 hora tratando de dormir y no puedo, he intentado de todo y nada funciona. A este paso terminaré matándome.

Era de noche, debía de dormir. Apesar de que tengo tiempo conviviendo con los Mukami mi cuerpo no se acostumbra a la nueva rutina así que realmente no duermo entre semana. Hoy, que es sábado, debería de dormir todo lo que quisera pero al parecer ¡no será así!

Ya fastidiada, decidí pararme de la cama y recorrer toda la mansión. No encontraba nada interesante y tampoco encontraba a los Mukami. Seguí mi caminata y escuche unos ruidos extraños que provenían de la habitación de Ruki.
-- R-Ruki-kun... D-duele -- escuché una voz femenina, me asome por el pequeño espacio que había entre la puerta y el marco y pude divisar a Yui.
Eso no me incumbe en lo más minimo. Aunque siento un poco de lástima por ella.

Llegue al jardín y me puse a contemplarlo. Cerré mis ojos y deje que la brisa chocara con mi rostro. Era realmente relajante, el cielo nocturno y la tranquilidad de este lugar (Para dejar en claro, me refiero al jardín... Adentro de la mansión solo pasan desastres)

-- t/n -- escuché una voz familiar y me di la vuelta.
-- Ah, Azusa. Hola -- sonreí al verlo. -- Ven sientate-- indiqué para que se sentara a mi lado.

Asintió lentamente y se sentó a mi lado. Era un silencio absoluto, pero no era incómodo (al menos en mi parecer).
-- ¿Qué... haces aquí? -- preguntó viéndome directamente a los ojos. Como amaba sus ojos.
-- Me relaja la noche y el aire fresco-- sonreí viendo el cielo -- ¿A ti no?--

Él solo asintió y me dedicó una ligera sonrisa. Mientras lo observaba pude notar las rosas que se encontraban atrás de él.
-- ¡Están más bonitas que nunca!-- dije como si fuera una niña pequeña. Me paré de mi lugar y me hinque, las toqué suavemente. Toqué la rosa y posicione mis dedos sobre su tallo.

-- Eres tan... bonita... como ellas-- oí la voz de Azusa en mi oído, enviándome escalofríos.
-- ¿L-Lo crees?-- dije viéndolo avergonzanda.
Asintió viendome tiernamente. Derrepente, sentí un dolor agudo en la palma de mi mano.

-- Pero... lo eres más con... esa expresión de... dolor-- dijo susurrando. Había apretado mi mano que se encontraba sosteniendo el tallo de la rosa. Podía sentir las espinas incrustadas en mi piel. Empecé a sentir un cálido liquido recorrer mi mano y brazo.

-- Se siente... bien... ¿Cierto?-- rió a lo bajo.
-- Azusa... Me l-lastimas-- traté de no concentrarme en el hecho que cada vez apretaba más mi mano.
-- Pero... Te gusta... ¿No?-- sentí su aliento pegado a mi cuello. Intente moverme a un lado pero lo único que conseguí fue hacer las heridas más profundas.

Y lo sentí. Sus colmillos perforaron mi cuello, aunque no lo hacía de una forma muy dolorosa era realmente molesto. Podía escuchar como tragaba y también veía como la sangre de mi mano manchaba el piso. Poco a poco mi vista se nublo y me dejé absorber por la oscuridad.

~°~°~°~°~

Desperté en mi cama, probablemente ya era de día. Cuando me iba a parar pude ver a Azusa dormido, apoyado sobre la orilla de mi cama.

"Se ve tan tierno dormido."

Pensé al verlo indefenso. Recordé lo que había sucedido en el jardín. Toque mi cuello y sentí una venda sobre el. Mire mi mano derecha y esta estaba vendada de la misma forma.

-- t/n...-- su voz pronunció mi nombre lentamente.

-- Buenos días, Azusa-- di una pequeña sonrisa. Se posiciono en cima mio viendome con un rastro de tristeza.
-- ¿Me... Amas?-- pronunció. ¿Cómo debía responder a eso?
-- Azusa -- empecé -- ¿Puedes ver que mi cara esta roja?-- el asintió.
-- Y puedes oír mis latidos apresurados, ¿cierto?-- dije tranquila y el asintió pausadamente.

Lo vi a los ojos y tomé aire.

--¿Qué crees tú que significa?-- vi para otro lado tratando de ocultar mi sonrojo. Se quedó callado así que giré mi vista hacía él. Sus mejillas estaban rosadas y su boca semi-abierta.

-- ¿A pesar... De que... Te hago daño?-- preguntó con un tono más bajo que lo habitual.
-- Sí.-- sonrió ante mi respuesta.
-- Entonces... Puedes hacerme... Daño?-- sonrió viendome. Me quedé callada, no mentire, me gusta el dolor en otros pero no en él.
--No. Nunca lo haré-- dije firme.
-- Pero... Me amas... -- fruncio el ceño. Suspire.
-- Dañar no es amar. Sé que esa es tu idea, pero no te preocupes-- coloqué mi mano sobre su fría mejilla -- Yo me encargaré de que esa idea cambie-- sonreí sinceramente.

Acto seguido, coloqué mis brazos en su cuello y nuestros labios se unieron en un cálido beso. Era de día y los Mukami estarían dormidos.

Hoy me dedicaría a cambiar su idea sobre amar.

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Mientras tanto en la mansión Mukami...

-- ¡No es justo!-- Kou reprochó como niño pequeño
-- Kou, ¿Qué sucede?-- Suspiró Ruki.
-- ¡Azusa se quedará con t/n!-- hizo puchero.
-- ¿Huh? ¿De dónde sacas eso?-- comentó el gigante-- digo, Yuma.
-- Oí la voz de Azusa en la habitación de ella, me asomé y se estaban besando-- fruncio el ceño
-- ¿Y?-- Ruki preguntó fastidiado mientras cerraba su libro
-- ¿"Y"? ¿Cómo que "Y"? Es obvio que no van a terminar haciendo muñecos de papel...-- exclamó el rubio. --Azusa es muy inocente y ella lo corrompera, ella es un peligro--

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En la habitación de t/n...

-- T/n no me... Sale-- dijo Azusa
-- Azusa... Ni siquiera les estas haciendo brazos-- supiro t/n -- No sabes hacer muñecos de papel... --




《Diabolik Lovers》||  (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora