《Diabolik Lovers》|| (One-Shots)

Subaru I

  — (T/n).

 — ¿Qué necesitas Yamazaki?—  pregunté y seguido mi compañero de clase jaló mi brazo.

  — El profesor te quiere en la clase. — frunció el  ceño.

Le dedique una sonrisa de lado.

  — Comunicale a nuestro profesor que me vale un carajo. —  Yamazaki suspiró y se fue hecho una furia y seguí con lo mio,contemplando la ciudad desde la azotea. El viento frío sopló moviendo mi cabello de una forma no muy linda. Mi cabello termino en mi boca y ojos, así que incómoda lo retire.

  — Tsk, que estúpida.

Voltee a ver a aquella persona, se encontraba en el otro extremo, tenia una piel de un color blanco casi inhumano, su cabello del mismo color.

 — ¿Se te ofrece algo,Sakamaki?—dije al reconocer a aquel chico.

Él sólo gruñó y volteó a verme molesto, sus puños temblaban de lo fuerte que los presionaba. Ja, mecha corta.

Me ignoró por completo y me recosté en el piso observando las pocas estrellas que se alcanzaban a observar. Era una lástima que no se podían tener dos vistas hermosas, o era la vista de la ciudad o el cielo estrellado. Me encontraba en ese dilema.

  —  ¿Qué tal te fue en Miami,Hana?—  dijo una voz desconocida

  — Oh my god, incredible! Sólo que me quemé demasiado, parezco negra, ugh.

Perra racista.

Las chicas se callaron y marcharon temerosas luego de que Subaru les gritará lo molestas que eran.

  — Si ella es negra,entonces, ¿qué soy? —  alcé mi brazo mientras analizaba mi color, mi tono era más oscuro que el de cualquiera de aquí, considerando que todas aquí tienen piel de fantasma.

Provoqué una pequeña risa por parte de Subaru y chasqueó su lengua.

Lo observé unos segundos y regresé mi atención al cielo, una ligera sonrisa apreció en mis labios.

¿De qué se ríe?

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  — ¿Cuantas faltas llevas?.

 — He perdido la cuenta.— Subaru rodó los ojos.

Lo mire ligeramente e intenté crear una conversación.

  — ¿Esa llave realmente abre algo?.

Frunció el ceño

 — ¿Nunca te callas?

  — ¡Tú has sido el que ha iniciado la conversación!

Me vio aún más molesto.

 — Vale,vale. Yo soy la que nunca cierra la boca.—  alcé mis manos en señal de paz.

  — ¿Por qué llevas pantalones deportivos debajo de la falda?. — me dedico una cara de confusión.