- ¡Oh por Dios, no puedo creerlo! Estoy en el laboratorio de un auténtico descendiente del doctor Frankenstein. Esto casi podría compensar todo el desastre del último semestre –Decía LaFontaine mostrándose entusiasta, analizando una vez más al muchacho para después ponerle absoluta atención al nuevo paisaje que la rodeaba.
-LaF, nunca te había visto tan emocionada –Comento Laura, sintiéndose contenta de ver a su compañera recuperar, por lo menos por un instante, algo de la esencia perdida que la caracterizaba.
-Víctor Frankenstein siempre fue mi inspiración desde niña, por eso es que quise dedicarme a la ciencia y alquimia. Siempre me pregunte si lo que él hizo con su creación podría hacerlo yo también ¿De dónde crees que saque la idea para transferir la mente de JP en el cuerpo de Will? ¡Oh, por Lophii! ¡Miren eso!
Importándole nada, LaFontaine prácticamente corrió hasta uno de los rincones más lejanos del laboratorio, maravillándose con todo artefacto o notas anormales cuanto por su camino encontrara.
- ¡Ten cuidado con tocar eso, por favor! Podría explotar sin motivo aparente –Advirtió el rubio, algo inquieto por los movimientos de la pelirroja.
-Entonces –Siguió Carmilla—, van Hellsing y Frankenstein, ¿no? ¿No está también Sherlock Holmes y el señor Hyde por aquí?
-Por desgracia no. Hyde es un sujeto con mucho temperamento, lo que lo hace difícil de convencer, así que decidimos dejarlo a sus anchas por ahí. No es que sea muy confiable, por lo que tuvimos que advertirle que lo encontraríamos si se atreviera revelarse contra nuestro sistema.
- ¿Cómo, si existe? –Inquirió Laura.
-Ay, ustedes me hacen dar demasiadas explicaciones –Exclamo Helena notándose ya un poco cansada de darle razones, que bien podría evitar, a sus invitadas— Pero si, si existe. Víctor aquí se tomó la molestia de conseguir algunas muestras para tratar con su problema, pero necesitas más que unas gotas de sangre para tratar un trastorno tan fiero. Cadenas grandes y correas también resultan útiles.
-Mencionaste algo sobre revelarse a un sistema ¿Eso qué significa?
-Eh... van Hellsing, no creo que sea buena idea hablar sobre los métodos de una organización que se supone que es secreta con desconocidos— Dijo el doctor, notándose intranquilo con lo que su prima quisiese decir a continuación.
-Nadie dijo que lo haría. Lo siento chicas, pero no puedo decirles nada más.
- ¿Por qué no? Ya dijeron que están trabajando con el gobierno inglés y a que se dedican. No puede haber nada más relevante, ¿cierto? –Dijo Carmilla.
-En realidad si lo hay.
-Helena, no.
- ¿Eso qué quiere decir? —Pregunto Hollis.
-Les dije que Abraham estaba trabajando en algo muy importante con el apoyo del Víctor Frankenstein original, pero nunca les dije qué –Explico, reflejando un ligero aire de emoción y audacia en su simpática sonrisa— Y siendo sincera, de verdad me interesaría mostrárselos.
-Ya basta, Helena –Víctor alzo la voz.
-Creo, querido doctor, que está olvidando el importante detalle de que también se dirige al comandante de Hellsing. No puedes oponerte a mis decisiones –Dijo logrando ganarse una mirada molesta por parte del científico.
El muchacho respiro hondo haciendo su mejor esfuerzo para tratar de contenerse, contando hasta diez para obtener un mejor efecto; lo logró, pero en su cabeza aún quedaban esos infernales fragmentos de tensión cerebral y alteración chispeantes, amenazando con hacerlo querer destrozar todo como ya había ocurrido otras veces antes.
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El cantar del infierno
FanfictionDespués de la tragedia en la Universidad de Silas, la Biblioteca transporta a Carmilla, Laura y LaFontaine a un lugar extraño que definitivamente no pertenece al campus. Durante su estadía ahí, descubren a su peculiar dueña, quien les ayudara a recu...