Doce años después
"(...) no, no iré a la cena de Navidad. No insistas, mamá. No tiene sentido. Lo último que quiero es verla. De hecho, el mejor regalo que podría recibir esta Navidad es poder olvidarla para siempre."
Carta de Devlin a su madre, 6 años después de partir.
La primera Navidad desde que Devlin se marchara había sido especialmente dura. Aún ahora, Elina la rememoraba y sentía como su corazón se encogía ante la carta que había recibido. La que había destruido todas sus ilusiones navideñas.
"No puedo ir, Lina. Lo siento. Sabes que lo siento. Te amo. Ojalá pudiera hacer algo."
Si hubiera querido, si la hubiera querido lo suficiente, él habría podido hacer algo. Pero no lo hizo. Ni siquiera estaba segura de por qué lo había esperado. Después de todo, Devlin se había marchado sin mirar atrás. Sin el mínimo atisbo de duda.
Y se había quedado sola. Pero no sin esperanza. Pasada la decepción de la primera Navidad sin Devlin, lo había anhelado cada año hasta que él se había graduado, cuatro años después. Pero no volvió. Cuatro años sin verlo y Devlin no volvió. Había sido una idiota. Tan idiota.
"Pensé que vendrías a mi graduación, Lina. ¿Qué sucedió? Te extraño."
¿Pensó que iría? ¿Para qué? Él ya no la necesitaba. Nunca la había necesitado. La única quién había amado verdaderamente en esa relación había sido ella. Y la cuarta Navidad marcó el final de su relación. Definitivo. Debía continuar.
La quinta Navidad ella había accedido a darle una oportunidad a Owen, quien una vez había sido amigo de Devlin y de ahí su resistencia inicial. Para la sexta Navidad, ella estaba casada con Owen Miller y ya no pensaba más en Devlin. O eso se decía siempre.
Lo cierto era que siempre había querido casarse y tener hijos. Había sido un sueño largamente anhelado, que alguna vez había creído que se vería realizado junto con Devlin. No podía imaginarse a otro hombre como padre de sus hijos... eso hasta que se casó con Owen y tuvo a su pequeña Elizabeth. Lizzie había supuesto la piedra definitiva al enterrar su primer amor para siempre.
Al menos así había sido por cinco años. Ahora Lizzie tenía cuatro años y Owen había muerto en un trágico accidente hacía dos años. Era demasiado joven para ser viuda, es lo que siempre le decían, pero no se sentía joven. Ni sola. Quizá resignada, pero casi feliz mientras pudiera tener a su pequeña hija. Casi...
La proximidad de la Navidad la había puesto nostálgica, por supuesto. Sería la segunda Navidad sin Owen, aunque la primera en que estaba realmente consciente. Antes, el dolor había sido abrumador, se había escudado en tratar de darle una Navidad perfecta para Lizzie, a tal punto que no sintiera la falta de Owen. Quería hacer lo imposible. Como siempre.
–Eli, ¿estás bien? –su madre la miró con preocupación. Elina suspiró–. Lo siento.
–No mamá, sé por qué lo haces pero te lo prometo. Estoy bien.
–¿De verdad, Elina?
–Sí.
–Hmmm, está bien.
–Mamá.
–¿Sí?
–¿Qué sucede?
–¿Por qué lo preguntas?
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Estaré en casa para Navidad
Historia CortaLa Navidad es una época mágica y que puede traer de vuelta a las personas que una vez perdimos pero no hemos podido olvidar. ¿Será suficiente para que el reencuentro de dos personas que se amaron suceda?