Capítulo 2

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Alyssa se propuso no ser ella la que buscaba y encontraba a su presa esta vez. Así que fue al centro de la pista de baile y se empezó a mover, muy sensualmente.

Pronto sintió unas manos en su trasero y cerró los ojos. Había bebido demasiado. Lo supo cuando ni si quiera le importó ver que quien estaba bailando con ella era una mujer. Le dio igual. La chica le sonreía mientras que bailaba muy pegada a Alyssa. A ella le gustó. ¿No se podía permitir una noche de pasión con una mujer? ¿Quién lo decía?

Ya estaba decidido. Así que se fijó más detenidamente en su acompañante. Rizos pelirrojos, labios rojos como la sangre y ojos claros. Alyssa se fijó en sus pechos. Eran enormes. Sonrió. La pelirroja era más alta que ella, cosa que le gustaba.

- Nena si vamos a los baños haré que no quieras tener un pene dentro nunca más.

Alyssa abrió los ojos como platos. Se notó húmeda, muy húmeda. La mujer tenía la voz más sexy que ella había oído nunca. Ella estaba ya muy caliente por lo que tomó la mano de su "amiga" y entraron en los baños.

Nada más entrar, la chica besó a Alyssa apasionadamente, metiendo su lengua hasta la campanilla de esta. Ella decidió no perder más tiempo, porque se correría allí mismo, así que metió la mano debajo del vestido de la pelirroja, y sonrió contra sus labios al saber que tenía vía libre. Metió directamente dos dedos en su sexo, a lo que la chica gimió y cerró la puerta del baño. Alyssa masajeaba aquel clítoris como ella hacía con el suyo propio. Sintió que la chica le bajaba el vestido, hasta que se lo quitó, y ella salió de él. La pelirroja le chupaba un seno con la boca, mientras pellizcaba el otro con extrema pericia. Alyssa seguía con su tarea de masajearla, bajó la cabeza y metió su lengua hasta el fondo de la vagina de su amiga. La joven gritó de placer. Alyssa sintió que la pelirroja se corría y salió de allí. La chica no perdió el tiempo, tumbó a Alyssa en el váter y juntó su sexo con el de ella. Cada vez profundizaba más. Mientras acariciaba con sus dedos el clítoris de Alyssa, que no podía hacer nada. Tanto placer la dejó así, quieta, con su amiga haciéndole de todo. Alyssa se corrió. La pelirroja se levantó y sonrió. Rápidamente, se vistió y depositó un beso en el sexo de Alyssa antes de salir del baño. ¿Qué había pasado? Ella no dejaba de jadear, no se podía creer que alguien la hubiese dejado, ¡a ella!, así de desarmada.

Y lo peor era, que le había encantado.

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Gracias.

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