Capítulo 7

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Hola lectores, les traigo un nuevo capítulo para celebrar las 2.000 lecturas! Muchas gracias y que sepan que agradezco votos y sugerencias.

Aquí les dejo el cap.

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Alyssa estaba sentada mirando la pizarra donde escribía la profesora de inglés. Mirarla es lo que hacía, porque no le estaba prestando la menor atención. Estaba más concentrada pensando en todas las cosas que le haría a Cyril por ser tan irritante. Se sentaba a su lado y le decía incoherencias como que lo sentía por lo del viernes pero que en realidad la culpa no era suya, y demás.

Así Alyssa pasó una semana, sin cruzar palabra con el chico de ojos indescifrables.

El viernes llegó de nuevo y ella se levantó con un solo pensamiento en la cabeza. Cyril. ¿Por qué le deseaba tanto? Ella se había acostado con tíos mucho más guapos y fuertes. Pero sin embargo, nunca había pensado en sus piezas, simplemente eran eso para ella. Piezas de usar y tirar.

Pero con Cyril era distinto. Pensaba en él a todas horas, y repetía constantemente las conversaciones que había mantenido con él. Alyssa pensó que se estaba volviendo loca.

Así se vistió y llegó al instituto, temprano de nuevo. Ya se estaba convertiendo en una costumbre. Y lo hacía inconscientemente, pensando que así se volvería a encontrar con Cyril a solas como la primera vez que lo vio. Y por causa del destino o por agotamiento del mismo, Cyril entró por la puerta en el mismo instante en que Alyssa se sentaba en su silla.

- No creía que tu fueses de las que llega temprano.

- Lo que tu creas te lo puedes meter por el culo, sabiondo.

- ¿Sabiondo? ¿Me ves así? - rió Cyril.

- ¿Qué más te da cómo te vea?

Él se acercó y apoyó las manos en la mesa de Alyssa, a la vez que se ponía a su altura, quedando así sus caras a pocos centímetros de distancia.

- No me importa como me vean los demás. Pero me importa mucho como me veas tú.

Alyssa fue vagamente consciente de que el corazón le latía fuertemente a la vez que contestaba:

- Te veo como a un sabiondo.

Cyril esbozó una mueca, que pudo ser una sonrisa.

- Seré un sabiondo, pero creo que hay muchas cosas que tu no sabes y que yo podría enseñarte.

Alyssa pensó por un momento que se refería al sexo, y estaba a punto de replicar, pero se calló al ver la cara de él.

- ¿Quieres que quedemos para estudiar? Sé que te cuesta entender muchas asignaturas.

Alyssa se levantó y se puso ahora ella a la altura de él.

- Si no quieres que haga que te tengas que tragar tus propios intestinos, cállate.

- No me asustas, Alyssa - su nombre sonaba tan bonito dicho por aquella boca que no prestó la menor atención a lo que dijo después y solo asintió - Bien quedamos en mi casa a las 6. Te voy a enseñar muchas cosas.

Alyssa le quería pegar, escupir y torturarlo hasta que llorase sangre, pero no podía porque en realidad quería ir a su casa esa tarde. Y aprovecharía para llevarlo a su terreno. Haría que Cyril la desease hasta el punto de no pensar en otra mujer que no fuese ella.

Alyssa se miró al espejo y sonrió. Conseguiría su objetivo.

Llevaba puesta una falda muy corta pero casual, y una camisa de manga larga con gran escote. Así salió de su casa y cogió un taxi para llegar a la de Cyril. Antes de llamar al timbre, se dio cuenta de lo nerviosa que estaba, pero no le dió importancia y presionó el botón.

- Ya estás aquí, preciosa - Cyril la miró de arriba a abajo, pero su rostro permanecía impasible. - Pasa.

Él llevaba puestos unos pantalones algo caídos y una camiseta de tirantes, que mostraba los pocos músculos que tenía.

Alyssa se sentó en el sofá y abrió las piernas notoriamente, a la vez que se agachaba y dejaba a la vista su escote. Su juego había comenzado.

Por un momento, Cyril pareció desorientado mirándola, pero solo fue eso, un instante.

- Bien, ¿con qué quieres que empecemos?

- Tú eres el sabiondo. - Se lo dijo con una sonrisa pícara en la cara, que hubiese hecho que cualquiera se tirase sobre ella. Pero Cyril no era un cualquiera.

- Bueno entonces empezaremos por matemáticas.

Se sentó al lado de ella y comezó a explicarle álgebra y demás. Al principio Alyssa solo quería distraerlo y seducirlo, pero a lo largo de las horas fue prestando atención a las explicaciones de Cyril y comenzó a entenderlo.

Pasaron así las horas, hasta que ambos discutieron por un problema.

- Dios, Alyssa, ¿no te das cuenta de que no es así?

- Eres un sabiondo que no sabe nada, ¿lo sabes?

- Estoy harto de que me digas eso, no sabes nada.

- Tú sabes menos.

A la vez que discutían se iban acercando, hasta que sus caras volvieron a estar a un suspiro de distancia.

Alyssa observó los ojos de Cyril, como siempre impenetrables, y luego su vista se fue a esos labios que tantas ganas tenía de besar. Se acercó más instintivamente, notando su pulso acelerado y casi también el de él. Y cuando parecía que sus labios no podían estar más juntos sin tocarse, Cyril se apartó.

- No... no puedo, Alyssa.

Alyssa recuperó la poca compostura que le quedaba, sabiendo que estaba más que ruborizada.

- ¿Por qué no puedes besarme?

- Porque no es lo correcto. - Dijo eso mientras se levantaba del suelo y recogía las cosas - Será mejor que te vayas.

Ella se levantó.

- ¿Cómo es posible que hace un segundo te murieras por besarme y ahora me dices que me largue?

- No lo vas a entender, Alyssa.

- Otra vez el sabiondo. Si no me lo cuentas, no sabrás si lo entiendo.

- Es complicado. No puedo contártelo. Lo siento.

Alyssa lo miró intentando sacar a flote el poco orgullo que le quedaba.

- Me das asco. Al tiempo me quieres besar, y ahora ya no. Y no me dices por qué. Me da igual lo complicado que sea. Sólo quiero largarme.

Alyssa se abrió paso hasta llegar a la puerta, pero ahí Cyril la agarró de la muñeca impediendo que se marchara.

- Lo siento, Alyssa.

Y dicho esto la besó. Fue un beso suave, con cuidado. Apenaa un roce de labios. Los de Cyril eran tan delicados, ella estaba paralizada, sin duda no se lo esperaba. Aquel beso era el más lento que le habían dado y sobre todo el más suave. Pero todo lo bueno se acaba, y Cyril se separó, mirándola con aquellos ojos hipnotizantes le dijo jadeando:

- Te quiero.

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¿Qué les parece? Dejen sus comentarios con sus sugerencias si quieren! Les traigo una pregunta: ¿Qué creen que esconde Cyril? ¿Por qué le era complicado besarla?

Respondan mis preguntas y voten por favor!

Gracias.

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Sin respiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora